NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

CHAMPIONS | ATLÉTICO DE MADRID 0 - BARCELONA 1

El Barça acaba con la resistencia de un Atlético heroico en el 80'

Hamraoui anotó el gol de la victoria en el clásico español llevado a la Champions y las culés jugarán las semifinales ante el Wolfsburgo. Buen partido en San Mamés.

El Barça acaba con la resistencia de un Atlético heroico en el 80'
REUTERS

El Barcelona se llevó en Bilbao el duelo fratricida entre representantes de la Primera Iberdrola ante el Atlético de Madrid. Se verá las caras en semifinales de la Champions femenina con un Wolfsburgo que aniquiló al Glasgow City en Anoeta. Feo cliente para las azulgrana. Un equipo poderoso y físico que se ha anotado su liga y al poder terminarla, está más rodado. Lo bueno es que uno de los españoles iba a estar en la siguiente ronda, pero la lástima es perder al otro, tras un buen partido. Habría que levantar un monumento a ambas formaciones después de estos duros meses sin competir, de esta incertidumbre en la que se mueven las futbolistas en España, sin saber cuándo se alzará el telón de la próxima liga. Tiene mérito estar a este nivel, con tanto en juego, y cometer tan pocos errores. Las colchoneras se mantuvieron en pie con una conmovedora entereza, claudicaron a diez para acabar cuando las culés estaban en pleno proceso de acoso y derribo.

Los dos equipos ya conocían el verde que pisaban: el Atlético lo testó en Copa, en el partido del récord de asistencia, y el Barça, esta temporada en liga. Tenían muy claro el planteamiento. No había más que ver la planilla de ambos antes de arrancar: seis jugadoras en el banquillo del Atlético y 12 en el del todopoderoso Barça. Las consecuencias de la pandemia se hacían notar especialmente en las rojiblancas, con cinco bajas por culpa de la COVID-19. Lo mejor que se puede decir es que no se notó durante 80 minutos. Tampoco los diez días que han permanecido en casa trabajando en condiciones muy precarias. Ni el hecho de estar de estreno en unos cuartos que el rival pisaba por quinta ocasión consecutiva.

El Atleti era un muro sin grietas. Si podía salía veloz, ataca con verticalidad y si el frente no estaba despejado, mantenía la posesión. La receta planteada se basaba en las ayudas y el sacrificio, en tener las líneas juntas y estar bien plantado. Con un eje de centrales firme, aunque fue debilitándose en el segundo tiempo, aguantó hasta donde pudo. Frente a ello, el dominio del Barça fue creciendo, dormía el balón, pero estaba demasiado ansioso, con prisa y sin tino a la hora de buscar ese último pase. Producto de sus urgencias, apenas pareció Oshoala.

Strom, un verdadero portento físico, apareció por todas las partes mientras le duró la gasolina. Actuó más como lateral que como extremo, para ayudar a Menayo en una labor compleja: taponar a la profunda Torrejón y las apariciones fulgurantes de Jenni Hermoso. Después se desgastó con Hansen, pero acabó exhausta. Una buena aproximación de la norteamericana permitió dar un aviso al cuadro de Dani González, aunque no acertó tras una internada y asistencia de Knaak. Había un punto de añoranza en las madrileñas con Ludmila, ese rayo que ponen en marcha para montar contras, aunque tuvieron una buena oportunidad en carrera por un costado de Kanaak . Las azulgrana llevaban la voz cantante, pero con una circulación desesperadamente lenta que veía el Atleti comodísimo, aunque en el minuto 33 de la primera parte Tounkara sacó bajo los palos un tiro claro con el exterior de Martens.

La árbitro debía de tener prisa, porque no apuró los 45 minutos en la primera parte. Las chicas de Lluís Cortés subieron una marcha a la hora de juego. Mariona entró y dio desborde y amplitud al terrenoTorrejón puso un centro peligroso al que no llegó Oshoala y envió a la red por fuera Putellas. El Atlético debía estar firme, atento, porque un par de pérdidas le hicieron ver el lobo con balón a la espalda, donde había espacios. Hermoso filtró un gran pase a Graham Hansen, que lo tenía hecho, pero paró Lindahl, fantástica toda la tarde bilbaína. La extremo noruega es puro espectáculo, se mueve como un avión y no deja de encarar. En el minuto 80 la dejaron muy sola por su flanco y tuvo tiempo para meter un fantástico centro al corazón del área, que no pudo conectar en remate acrobático Oshoala, pero sí Hamraoui. Al Atlético le faltaron fuerzas y le sobraron temores para dar un paso al frente en busca de la prórroga.

La Champions femenina descubrió un nuevo universo en San Mamés. El estadio del bullicio se convirtió en la Catedral del reposo, el reino de ese silencio impuesto por el coronavirus. Un feudo en el que hasta se escuchan las campanadas cada hora impulsadas por las iglesias próximas, para añadir una pincelada más de reflexión. El partido estuvo presidido por los gestos: camisetas de ambos contendientes al inicio en apoyo a Virginia Torrecilla tras su operación en mayo de un tumor cerebral, un minuto de silencio por las víctimas del COVID-19, rodillas en tierra posteriormente contra el racismo, lonas de la UEFA por el anillo inferior para disimular la añoranza de la gente en el estadio… Son tiempos en los que se extrañan muchas cosas, pero el fútbol nunca va a morir.