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BARCELONA

Planes, el ascenso de un director deportivo hecho a sí mismo

El nuevo jefe de la parcela deportivo empezó de mochilero conociendo el fútbol en Río de Janeiro, fue hombre de Pitterman y es íntimo amigo de Pochettino.

Pochettino y Ramon Planes.
RODOLFO MOLINA

Ramon Planes (Lleida, 1967) cogió una mochila y se marchó a Río de Janeiro con una mano delante y otra detrás. Entonces apenas había cumplido la treintena, corría el año 1996, y el nuevo responsable de la parcela deportiva del Barcelona ya tenía claro que quería vivir del fútbol. Llegó a jugar en las categorías inferiores del Lleida y luego empezó a entrenar a dos equipos de la provincia, en lo que ahora sería la Primera Catalana, como son el Tremp y el Balaguer, junto a Juan Carlos Oliva, entrenador que ha estado en el cuerpo técnico de Quique Sánchez Flores y un clásico de los banquillos en Segunda.

Persona autodidacta, de gran equilibrio personal y con hábitos saludables (cada día le dedica unas horas al ejercicio, a comer de manera ordenada y a la lectura), Planes llegó a Río para conocer cómo se vivía allí el fútbol y cuál era la cultura del país que había ganado el Mundial de Estados Unidos dos años antes. No tardó demasiado, debido también a su facilidad para crear vínculos, en inmiscuirse en la formación de jugadores de Vasco de Gama. Estuvo un año, pero se llevó en esa mochila una gran experiencia vital y un conocimiento del fútbol sudamericano determinante.

Empezó su carrera como secretario técnico en L'Hospitalet

Dejó los banquillos, porque se dio cuenta de que lo que más le apasionaba era la confección de equipos: buscar jugadores, crear plantillas, rastrear el mercado… Y fue lo que empezó a hacer a escasos kilómetros del Camp Nou, en la Feixa Llarga de L’Hospitalet. Allí permaneció cuatro años (1999-2003). En 2002 logró clasificar al equipo al playoff de ascenso a Segunda B, mientras que al año siguiente abandonó el club antes del descenso a Tercera.

En ese submundo del fútbol semiprofesional conoció a Dimitri Pitterman, que por aquel entonces ya aplicaba su manera curiosa y particular de dirigir un club en el Palamós. Y, de nuevo, surgió su manera de conectar con la gente. En febrero de 2003 fue presentado como nuevo secretario técnico del Racing de Santander, con Pitterman, aunque el paso del magnate ucranio por el club cántabro fue tan convulso que los cántabros vivieron dos años de inestabilidad. Planes llegó al Alavés, de nuevo en manos de Pitterman, en 2005, y configuró la plantilla en la máxima categoría después del ascenso del curso anterior. Pero no aguantó demasiado por los cambios de parecer con el propio empresario. Decidió irse.

Pitterman y Planes.
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Pitterman y Planes.PAULINO ORIBE

Regresó a Lleida para estar el curso 2006-07 y para liderar desde los despachos el proyecto del club de su ciudad que recién había descendido a Segunda B. Pero, de nuevo, esos vínculos de Planes le ayudaron a volver a Primera. En este caso, Paco Herrera, director deportivo del Espanyol, le ofreció controlar el fútbol sudamericano en el club perico. Le vino como anillo al dedo. Creció a la sombra y en 2009, cuando el club destituyó a Paco Herrera, nombró a Planes director deportivo, con Mauricio Pochettino ya en el banquillo. Ambos trazarían una amistad que les unió en el club perico y, luego, en el Tottenham. Incluso le ha llevado a ser uno de los candidatos al banquillo azulgrana en los dos últimos mercados.

Planes trajo jugadores como Philippe Coutinho o Dani Osvaldo al espanyol. Algunos triunfaron más que otros, pero la impresión general fue que el director deportivo tenía un amplio conocimiento del mercado. Tras su paso por el Tottenham en la 2014-15, el ilerdense regresó a España. Primero, en el Elche, luego, en el Rayo y finalmente en el Getafe. Le avala la experiencia de 16 años al frente de departamentos deportivos, sus relaciones y sus etapas fructíferas, como la de Espanyol y Getafe.

Planes y Abidal.
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Planes y Abidal.Rodolfo Molina

En el Barcelona, él ha llevado más el peso de las negociaciones, más acostumbrado que Eric Abidal a estos quehaceres. Aprovechó la oportunidad de mercado, y sus relaciones con el fútbol italiano, para fichar a Arturo Vidal y para intercambiar (aunque con transacciones económicas) a Arthur por Pjanic, en una jugada que necesitaba el Barcelona para obtener ingresos inmediatos. Planes llegó a un acuerdo con el jugador del club italiano que fue clave. No le salieron otras apuestas como la de Todibo y recientemente ha rechazado una fuerte de 60 millones del Leicester por Trincao.

Ahora, con la marcha de Abidal, asume los mandos de una de las direcciones deportivas con más recursos del fútbol mundial, al contrario que sus años de mochilero en Río de Janeiro, donde tenía que buscarse la vida de cualquiera manera. Un director deportivo hecho a sí mismo.