Nadie como el Sevilla sabe que resistir es vencer
Las lágrimas de Jesús Navas al final del partido eran las lágrimas del sevillismo. Las lágrimas de la alegría más rabiosa que se puede sentir, un sentimiento que sólo los privilegiados que saben lo que cuesta llegar a una final pueden disfrutar. Porque lo que hace el Sevilla es muy fácil y vale muy poco para quien opina de cosas que ni en sus sueños se harán realidad. Sin embargo, las lágrimas de todo un campeón del mundo definen lo que cuesta pasar a la historia. Lo que cuesta ser una leyenda.
En los meses de mayor incertidumbre de la historia contemporánea, el Sevilla se ha empeñado en hacer felices a los suyos y de honrar como nadie el lema de la pandemia. Resistir es vencer y lo fue ante el United. Bono, Reguilón, Suso o De Jong ya están en la historia del club. Ahora, a terminar de honrar las lágrimas del capitán.