La 'solitaria' Europa League espera al Sevilla en Colonia
Una réplica gigante del trofeo aguarda en el famoso Puente de los Candados, ante la mirada atónica de transeúntes que ni siquiera saben que allí se juega la fase final.
La falta de hinchas extranjeros por culpa del Covid, de turistas de fuera casi que también, provoca que Alemania viva ajena a la Europa League a pesar de albergar estos días su fase final. Una réplica gigante del trofeo preside la entrada del famoso Hohenzollern, el Puente de los Candados de Colonia, la ciudad que albergará la final y que pasado mañana recibe a Sevilla y Manchester United en una de las semifinales. Algunos transeúntes se preguntan qué hace aquello allí; otros pasan y la miran, sin interesarse. Todos, la mayoría, ni siquiera se han enterado aún de que ha habido 10 equipos, ahora cuatro, jugándose la segunda competición continental en este estado de Renania del Norte-Westfalia.
"¿El Sevilla juega mañana ahí?", se sorprendía Nolen, trabajador de un restaurante justo a las espaldas del MSV-Arena de Duisburgo, el día antes de que los nervionenses se enfrentaran al Wolverhampton en los cuartos de final a escasos metros de su local. "Me gusta el fútbol español, soy del Real Madrid", añade el camarero. "Pero es que no sabía que se estaba jugando aquí esta fase final. No lo he visto anunciado en ningún sitio".
Y eso que Leverkusen, ciudad que se encuentra en este mismo estado de Renania del Norte y con tres de los estadios-sede a pocas decenas de kilómetros, tenía al Bayer en cuartos de final. Cayó el club alemán ante el Inter sin que trascendiese mucho más allá de sus fans y se quedó el torneo sin equipos locales. Así que los periódicos, incluso los de las ciudades que albergan los partidos, apenas si dedican algo más de un breve a la Europa League a pesar de encontrarse en ella equipos tan importantes como el Manchester United o el propio Inter, o el pentacampeón Sevilla.
"¿El Inter tiene la semifinal en Genselkirchen?", cuestiona a los periodistas Roberto, el camarero italiano de un pub en el centro de Colonia. "¡Yo soy interista, habría comprado entradas!", añade antes de saber que los partidos son sin público por culpa de la pandemia. "Ah...", se resigna y se marcha a atender otra mesa. La final es en Colonia, por cierto. Y a lo mejor, Roberto, también la juega el Inter.