Moreno recupera la fórmula Rubi
El técnico, amante del 4-3-3 y del juego asociativo, comparte muchas similitudes con el anterior técnico que llevó a Europa al Espanyol en la 18-19.
Disponer de cuatro defensores, tres jugadores en el centro del campo (ya sea con mediapunta o interiores), dos extremos y un delantero. Intentar que todas las jugadas se inicien desde la defensa, progresando poco a poco e intentando desordenar al rival. Procurar que el equipo sea ofensivo, ataque con muchos jugadores y el campo sea lo más ancho posible. Este libreto es el que Vicente Moreno siempre ha aplicado a sus equipos desde que empezó a entrenar en Xerez hasta que obró milagros (menos el de la salvación) con el Mallorca. Y es el que los jugadores del Espanyol empezarán a aprehender cuando se reanuden los entrenamientos colectivos.
La idea de Moreno es similar a la de Rubi. Ambos comparten el mismo gusto por el juego, con sus matices a la hora de gestionar el grupo y de ordenar al equipo sobre todo en fase defensiva. Gerard Autet, que conoce al Moreno jugador y al entrenador, así lo desgrana: “Cuando era jugador, ya era capitán. En el campo teníamos mucha relación. Era una extensión del técnico en el campo, era el líder. Daba instrucciones. Yo era central y él mediocentro, y siempre nos insistía en que estuviéramos ordenados”, comentó.
Siempre vinculado con Dani Pendín y Dani Pastor, su grupo de trabajo inseparable, las ideas de Moreno han evolucionado en otro sentido. Especialmente en cuidar la comunicación, adaptarse a lo que necesitan hoy en día los jugadores. “Ha reforzado el mensaje. Es muy trabajadora la hora de preparar los partidos. Es conciso y preciso, ha sido jugador, y eso denota inteligencia”, repite Autet, quien llegó a jugar en la cantera del Espanyol de 1999 a 2001. “Tiene carácter y valora el esfuerzo. Si tu le das, él te da. Sus equipos transmiten pasión”, reitera.
Entre ambos técnicos hay otros paralelismos. Con Rubi, la mayoría de los jugadores se revalorizaron y mejoraron dentro del juego colectivo del Espanyol. Borja Iglesias ofreció su mejor versión, como Mario Hermoso, Marc Roca u Óscar Melendo, por citar unos ejemplos. Lo mismo ocurre con Moreno, donde este curso ha puesto en el mercado a jugadores que hasta hace unos años jugaban en Segunda B o eran desconocidos. El mismo Antonio Raíllo ha dado un paso adelante, como Dani Rodríguez, quien debutó en Primera con 31 años. Otros como Ante Budimir, Idrissu Baba o Martin Valjent son ahora jugadores cotizados.
Otro de los aspectos que les une, sin ser una virtud ni un defecto, simplemente un sello, es la creencia en la idea de juego. El Mallorca pasó momentos difíciles, muy lejos de la salvación, pero Moreno no varió sus intenciones, solamente intentó que el equipo mejorase en defensa. Con el Espanyol, Rubi también vivió una mala racha que prácticamente le erosionó, y matizó el sistema, aunque la idea principal del juego era la misma. Su modelo está por encima de todo, en las buenas o las malas.