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BARCELONA

A Lisboa de tapados

Por primera vez en muchos años, el Barça no sale de favorito en unos cuartos de final de la Champions. La espectacular racha del Bayern le obliga a ir de tapado en Portugal.

Messi, Sergi Roberto y Suárez tapan a Lenglet con su abrazo tras el 1-0.
Messi, Sergi Roberto y Suárez tapan a Lenglet con su abrazo tras el 1-0.Enric FontcubertaEFE

De tapado. Con perfil bajo. Casi de víctima. Cualquiera de las expresiones podría etiquetar el avión con el que el Barça volará a Lisboa la próxima semana para jugar la experimental final a ocho que la UEFA ha tenido que improvisar contra la pandemia. Por primera vez en muchos años, el Barça no saldrá como favorito. Ni en las apuestas ni en las sensaciones. Mientras su rival, el Bayern, no pierde un partido desde el lejanísimo 7 de diciembre en Moenchengladbach, y de eso hace ya 24 choques, el equipo de Setién ha estado lleno de sombras e inseguridad. El Barça no es fiable y las sensaciones que transmitió en la segunda parte contra el Nápoles fueron pésimas. Un equipo con poca gasolina, poca confianza y un solo plan. Que Messi le rescate.

Será curioso observar el comportamiento del Barça en esta situación de víctima. La de favorito en los últimos años le ha ido francamente mal. Fue a Roma casi clasificado para semifinales y se llevó tres. Fue a Liverpool pensando en coger la Copa de Europa en el Wanda y tembló el mundo en Anfield. 4-0. Finalmente, era un favorito con pies de barro, como ya había anunciado años antes en el Calderón, el Parque de los Príncipes o el mismo Juventus Stadium en Turín.

Y mientras el Barça tenía apurillos contra el Nápoles, el Bayern le metió un 7-1 de global al Chelsea, con Lewandowski desatado, Gnabry con "ganas" de jugar ya ante el Barça y un equipo lanzado desde que Hans-Dieter Flick se hizo cargo del equipo después del despido de Niko Kovac. La leyenda, Lothar Matthäus, ha ido más allá. "Mucho tiene que equivocarse el Bayern para perder con el Barça".

Messi tendrá mañana el titular impreso encima de su taquillas. Ojo al Barça de tapado. Es un equipo cansado y algo decadente, pero con muchos kilómetros en la carretera. Piqué es un seguro de vida, Busquets y Vidal le darán un punto de experiencia necesario después de ser baja contra el Nápoles; y Messi y Suárez se han curtido en mil batallas. Es posible que este ya sea un buen momento para que el Barça no aparezca en Lisboa como un equipo de 'vedettes', de moda y con la obligación de ganar y gustar. Al contrario, su trabajo será explotar sus virtudes, aunque pasen por renunciar en cierta forma al famoso estilo Barça, ese que Setién prometió no traicionar hasta que aceptó que las directrices, a día de hoy, las ponen los jugadores. Y la nueva orden es ponerle la piel de cordero cuando todavía le sobran lobos. Aunque cada vez más cansados.