El descenso recortará sueldos en el Leganés, pero no cláusulas
La plantilla del Leganés reducirá sus salarios en un 40% tras bajar a Segunda. Sus cláusulas de rescisión se mantienen como estaban en Primera. El club tendrá margen de acción.
Los jugadores del Leganés que permanezcan en su plantilla después del descenso de los pepineros a Segunda mantendrán su cláusula de rescisión tal y como la tenían también en la máxima categoría. Ninguno de los contratos de los futbolistas blanquiazules modificará en este aspecto en sus cantidades pese descender un peldaño para jugar en una división inferior. Lo contrario, afirman desde Butarque, sería lo más parecido a un suicidio deportivo. Tampoco hay ningún tipo de cláusula liberatoria o facilidades por descenso.
Lo que sí se verán modificados serán sus salarios. Los futbolistas perderán una media de un 40% en sus emolumentos. Esta reducción de sueldos permitirá al Leganés afrontar con más margen y cintura económica su nuevo panorama. Sucede, además, que los futbolistas que permanecen en la plantilla no tienen fichas muy elevadas, con lo que la viabilidad del proyecto en ese sentido es amplia. También ha ayudado a liberar masa salarial la salida de algunos jugadores, como fueron los casos de En Nesyri y Braithwaite durante la temporada o, ahora, la de Szymanowski. El excapitán, pese a sumar dos años y medio sin jugar, se había ganado en su renovación tener emolumentos de jugador clave.
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Este panorama permitirá al Leganés tener posición de fuerza a la hora de negociar futuras y potenciales salidas de sus jugadores, toda vez que, sin bajada de cláusula de rescisión, siguen siendo las oficinas los que tienen la postura de fuerza para reclamar las cantidades de dinero que estimen ante esas potenciales ofertas.
En algunos casos, sin embargo, esta condición habitualmente impuesta por el Leganés se convirtió en un problema. Sucedió con la renovación de Youseff En Nesyri. El marroquí, ahora en el Sevilla, estuvo cerca de firmar su acuerdo con los pepineros para ampliar su contrato, pero en el último momento se fue rumbo al Sánchez Pizjuán, no sólo porque la oferta hispalense fuera mejor, sino porque tenía dudas de seguir en el Leganés. El ariete tenía miedo a que, en caso de un descenso, el club lo retuviera contra su voluntad aferrándose a una cláusula imposible de abonar para un jugador de Segunda y con casi la mitad de sueldo que habría tenido en Primera.