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FRANCIA | COPA

Una final con intereses distintos

PSG y Saint-Étienne abren hoy la temporada en Francia con la final de la Copa de Francia, la misma de 1982 y que fue la última para el equipo del Ródano.

Saint-Etienne's French head coach Claude Puel (R) speaks to his players during a training session at the Stade de France in Saint-Denis, north of Paris, on July 23, 2020, on the eve of the French Cup final football match between Paris Saint-Germain (
FRANCK FIFEAFP

PSG y Saint-Étienne abren hoy el telón del fútbol francés a las 21.00. La final de la Copa de Francia será el primer partido oficial que se disputa en tierras galas tras cuatro meses, ya que el Ejecutivo decidido dar carpetazo a la temporada el 28 de abril, siendo la única de las cinco grandes ligas que tomaba una decisión de tal magnitud.

La de hoy será una de las finales más extrañas de los últimos años. El PSG llega como máximo favorito tras haber conseguido ganar cuatro de las últimas cinco ediciones de la competición, siendo el segundo equipo con más finales (18, justo por detrás del Marsella, que tiene 19) y a su vez el que más títulos ha ganado, ya que suma 12 y el OM tiene 10.

El campeón de la Ligue 1 afronta el encuentro con un favoritismo abrumador. Su rival, el Saint-Étienne, acabó la competición muy cerca de los puestos de descenso y podría acusar la presión, ya que la última final de Copa de Les Verts data de 1982, precisamente ante el PSG y en el último partido de Michel Platini en Francia. Aquella final es una de las más agónicas que jamás se recuerden, pues el PSG empató el partido en el último minuto de la prórroga y consiguió ganar su primer título, ya que los parisinos se habían fundado en 1970 y apenas tenían 12 años de historia.

El de hoy es un partido de suma importancia para el Saint-Étienne. A pesar de su mala clasificación en la Ligue 1, el equipo que dirige Claude Puel tiene una oportunidad de oro para jugar competición europea la próxima temporada. Si consigue doblegar a su rival, el conjunto del Ródano accederá directamente a la Europa League, un alivio en una temporada muy convulsa y que provocaría aumentar considerablemente los beneficios de la entidad. Por ello, el exentrenador del Lyon ha mentalizado a la plantilla y buscará repetir la gesta del Rennes la temporada pasada, que se rehízo a un 2-0 en contra y consiguió destronar al PSG de una de sus competiciones fetiche.

El Saint-Étienne no podrá contar hoy con dos de los jugadores más influyentes del club en los últimos años. Uno es Stéphane Ruffier, que ha sido despedido temporalmente de empleo y sueldo y que a principios de años le recriminó a Claude Puel el exceso de autoridad que tenía en el vestuario. El otro es William Saliba, uno de los defensas con más proyección de Europa y que finalmente ha vuelto de cesión al Arsenal tras no llegar a un acuerdo por la extensión temporal de su contrato. Por su parte, el PSG tiene las bajas de Thomas Meunier y Edinson Cavani, además de las de Kouassi y Aouchiche, este último fichado por el Saint-Étienne, aunque no podrá jugar la final ante su exequipo al no estar inscrito en la competición con su actual equipo. Será también un partido especial para Perrin, capitán del ASSE y que hoy jugará su último partido como profesional tras más de 400 partidos desde que llegara en 1997 al Ródano.

Salvo sorpresa, Tuchel alineará esta noche el 4-2-4 que ha venido utilizando en los amistosos y que se asentó como el sistema definitivo a principios de año. El alemán juntará a los cuatro fantásticos (Icardi, Mbappé, Di María y Neymar) en ataque y podría darle la titularidad a Paredes en el medio. El argentino se ha consolidado por fin en la capital francesa y su presencia junto a Verratti en la medular ha cobrado fuerza en las últimas horas. La duda sigue siendo el lateral izquierdo, donde Bakker apunta a titular tras las bajas de Diallo y Bernat.