Jaume Costa y la única despedida ovacionada de la temporada
El lateral regresa al Villarreal tras su cesión al Valencia, pero pudo despedirse entre aplausos de la afición che, el único que puede decir eso esta temporada.
Las 23:30 de la noche del jueves 16 de julio. El Valencia acaba de vencer al Espanyol en Mestalla 'in extremis' y llegará vivo a la última jornada frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. Pero las caras de los futbolistas mientras se desplazan desde el estadio hasta las oficinas del club para recoger sus coches y marcharse a casa, no son las de un equipo que casi depende de sí mismo para clasificarse para Europa.
Mientras van desfilando de forma intermitente los futbolistas, las 25-50 personas que les esperan les lanzan mensajes personalizados. A Jaume Doménech le animan para ganar el en Sánchez Pizjuán, a Françis Coquelin le piden que se quede en Valencia pese a los rumores sobre una posible salida y a otros como Maxi le exigen más y que vea puerta frente al Sevilla. Como es habitual, los jugadores procuran mantenerse al margen y pasar ese camino como si no escucharan a los presentes.
Pero hay uno de ellos no. Que conforme se aproxima al lugar donde están los aficionados, antes de que estos digan nada, se molesta en dar las buenas noches. Es Jaume Costa, quien recién expulsado sabe que no podrá jugar en el Pizjuán y que su temporada y su camino en el Valencia han concluido. La gente comienza a lanzarle mensaje de ánimo y, sabedores de su carácter, a sugerirle que motive a sus compañeros para dar ese último y definitivo pasito para entrar en Europa, pero Jaume resignado por la expulsión solo articula una frase: "Yo poco más puedo hacer aquí ya".
Los presentes, recordando ahora la reciente expulsión del lateral, no dudan en reconocerle la gran temporada que ha hecho en la cual ha disputado 25 partidos y en todos ellos dando un buen nivel. Los mensajes de "eres grande" "vamos Jaume" comienzan a sucederse y conforme se aleja del gentío, de la nada se inicia una ovación cerrada hasta que el jugador desaparece de la vista de los aficionados.
Jaume Costa tuvo la fortuna de ser el único valencianista que se despidió de Mestalla con el calor de su gente, bien porque la gente se lo dio, bien porque él se mostró abierto a recibirlo. Esa pequeña ovación al valencianista es un homenaje a un lateral que ha cumplido las expectativas y que ha tenido momentos de conexión con la afición muy intensos como cuando se marchó casi llorando de impotencia al lesionarse en el partido frente al Chelsea.
Lo que está claro es que, salvo grandísima sorpresa, el valenciano y valencianista no vestirá la elástica che el año que viene. Y aunque ahora pueda tener un sabor agrío por un final de curso oscuro, el círculo que ha cerrado esta temporada Jaume es digno de mención: volver al equipo de sus sueños, partir como suplente pero afianzarse como jugador de rotación, jugar hasta tres partidos de Liga de Campeones y conectar con la que siempre será su afición (con permiso del Villarreal). La sutil ovación podrá guardársela en el baúl de los recuerdos siendo el único de la plantilla que dice adiós al curso y al Valencia entre aplausos.