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La Copa salva un año de luces y sombras en el Athletic

El torneo del KO, que dejó pendiente su final hasta que haya público, aplaza la valoración de una temporada que de nuevo se le hizo muy larga a los leones. Borrón final en Granada.

19/07/20 PARTIDO PRIMERA DIVISION 
 CORONAVIRUS COVID19
 GRANADA - ATHLETIC DE BILBAO
 SOLDADO UNAI NUÑEZ
PARKERDIARIO AS

Fue en Granada, la ciudad que puso punto y final a la Copa este año hasta nueva orden, donde cayó el telón de la Liga para el Athletic. Y no lo hizo, desde luego, con el sabor del torneo del KO. Esta vez no hubo milagro en forma de internada feroz de Yuri por la izquierda, como aquel ramalazo que dio el billete a la final. Más que nada porque todo el pescado estaba vendido desde el pasado jueves, cuando el Leganés arrojó un jarro de agua fría sobre las esperanzas europeas de los leones. Fue una consecuencia lógica de un equipo base saturadísimo de partidos, al que estos 11 compromisos tras el parón no han hecho más que reincidir en la asfixia por no haber rotaciones. Sólo en el Camp Nou hubo un gesto de dar carrete a los suplentes y aunque se perdió, tampoco salió mal del todo. Ocho jugadores han estado en la línea de los tres mil minutos y se han visto muy exprimidos: Unai Simón, Capa, Yeray, Iñigo Martínez, Yuri, Dani García, Raúl García y Williams. Y Muniain no está con ellos por el problema muscular que sufrió en noviembre. Yeray, Yuri y Capa han acabado con molestias ante tanto trajín. Unai Simón, Iñigo y Raúl han sido los más regulares del año.

Raúl ha aprovechado la temporada para culminar su año más realizador en Primera: 15. Ha adelantado su posición tras la retirada de Aduriz y podría decirse que ha bebido de la misma fuente de la eterna juventud que el donostiarra. A sus 34 años, trata de hacer lo menos traumática posible esta transición hasta encontrar el 'nueve' del futuro. El curso también ha servido para avanzar con el plan de relevo generacional que inició el club el año pasado con Susaeta, Iturraspe y Rico, tres futbolistas que, quitando a Mikel, que ha recalado en el Huesca, han notado el frío que hace lejos de San Mamés. Ahora llega el turno para San José y Beñat, y en 2021 podría ser el turno de Balenziaga, De Marcos y Herrerín. El centro del campo se ha regenerado por completo y el futuro debería estar en las botas de los Sancet, Vencedor y el resto de esa cuadrilla.

"Hemos acabado de la peor manera", proclamó Garitano en el Nuevo Los Cármenes tras el final de curso y el inicio de las ansiadas vacaciones. Recibió su mayor goleada como técnico rojiblanco: 4-0. El equipo ha mostrado claros y sombras y la final de Copa le priva de un suspenso. Aunque ¿y si hubiera jugado la final en abril y la hubiese perdido? La nota se acercaría a ese lunar, desde luego. Lo mejor de todo ha sido la capacidad del equipo para no rendirse jamás, su afán por sobrevivir aunque la lógica recomendase bajar los brazos.

El año empezó chispeante, con un golazo de Aduriz de chilena ante el Barça en el tramo final. Tal vez la metáfora de lo que ha sido el año: mucha ilusión y al final, de bruces con la realidad, como la temporada pasada en Sevilla. Cinco partidos sin ganar al de poco de empezar el año (entre ellos, una derrota ante el Valencia en Bilbao que rompía el hito de un año sin caer en casa) y, sobre todo, diez sin hacerlo entre diciembre y el 1 de marzo, por gastar todas las energías en la Copa, pusieron la inquietud en la grada de San Mamés. Había hasta amenaza real de desceso. Por el camino, jugadores como Ibai y Kodro, fichados con este entrenador en el banquillo, no han contado para nada.

Pero el equipo, una vez más, se sobrepuso al pesimismo generalizado y tras encerrarse dos meses en casa, regresó con enorme brío. Siempre era competitivo, aunque su fútbol a veces resultara manifiestamente mejorable. El esfuerzo era mayúsculo y la victoria en Mestalla parecía definitiva: esta gente estaba decidida a entrar en Europa vía Liga tras la renuncia de esa opción como posible ganador de la Copa. Pero el esfuerzo pasó factura y ante el Leganés se pinchó el globo. La undécima posición de la tabla, cuando se ha estado peleando por la sexta, es una decepción. El equipo está cuatro puestos por debajo de lo que marca el enorme presupuesto. Garitano se responsabilizó del decepcionante colofón nazarí. Su gestión de los minutos ha sido defectuosa. Se le puede acusar de 'amarrategi' y de no ser valiente con algunos chavales. Ha faltado criterio cuando se ha medido a rivales de menor rango, que le han dado la iniciativa. Su defensa ha sido muy buena todo el curso y es evidente que, como el mismo técnico admitió, hay un problema de potencial ofensivo. Ha jugado junto, ordenado y sus números defensivos eran un ejemplo en Europa al principio de curso. Pero sin Aduriz no hay gol. Eso, sí, en el caso del entrenador, el gran rendimiento de la plantilla en la mitad más o menos del campeonato y la final copera pesan más en la balanza de este 2019-20 que ya se va al olvido.

Otro trienio fuera de Europa

El Athletic, undécimo en la Liga 20190 que concluyó el domingo, ha vuelto a encadenar un trienio sin clasificarse para competiciones europeas doce años después de su última racha de tres temporadas consecutivas fuera de torneos continentales. Fue en las campañas 2005-06, 2006-07 -las conocidas como 'bienio negro' cuando tuvo que luchar por la permanencia- y la 2007-2008, la primera de las cuatro con Joaquín Caparrós en el banquillo de San Mamés, cuando el equipo rojiblanco enlazó por última vez esa racha que ha vuelto a igualar ahora. En la 2008-09 se metió en la Liga Europa como finalista de Copa y, tras una temporada en blanco, repitió en la 2010-11 al ser sexto y en la 2011-2012, como subcampeón del torneo del KO. En la 2012-13 se volvió a quedar fuera de Europa y en las cuatro siguientes encadenó su mejor periodo al lograr billete continental en cuatro campañas consecutivas, en la 2013-2014 para la Liga de Campeones y en las tres siguientes, de 2014 a 2017, para la Liga Europa. Después de la salida de Ernesto Valverde el Athletic no ha vuelto a ganarse una plaza europea. En la 2017-18, con José Ángel Ziganda, fue decimosexto; en la 2018-2019, primero con Eduardo Berizzo y desde diciembre con Gaizka Garitano, acabó octavo, y esta campaña undécimo. El equipo rojiblanco perdió todas sus opciones de alcanzar una plaza en la segunda competición continental después de caer con el Leganés en San Mamés en la penúltima jornada liguera tras de un curso irregular en el que ha ido de más a menos. En la primera vuelta el Athletic ocupó una de las siete primeras plazas en 14 de las 18 primeras jornadas, llegando incluso a ser líder de LaLiga después de derrotar al Alavés en 'La Catedral' en la quinta fecha. La séptima posición después del empate sin goles en el Santiago Bernabéu en el último partido de 2019 fue la última vez que el conjunto bilbaíno pisó la zona europea. Lastrado por el desgaste al que se sometió entre enero y marzo para alcanzar la final de Copa, una racha de diez jornadas sin ganar -con cinco derrotas y cinco empates- descabalgó a los de Garitano de la zona noble y les obligó a ir a remolque hasta el final de la competición. Antes del parón por la pandemia del coronavirus, a comienzos de marzo, los rojiblancos eran décimos a cinco puntos del séptimo clasificado, una distancia que tras la vuelta a la competición en junio llegaron a reducir a solo dos puntos en la 33ª jornada después de ganar en Mestalla. Dos derrotas consecutivas en San Mamés, ante Real Madrid y Sevilla, complicaron las opciones rojiblancas, que reverdecieron con el triunfo a domicilio ante el Levante para desaparecer totalmente unos días más tarde con esa derrota con el Leganés antes de un triste cierre con la goleada (4-0) encajada en Los Cármenes.