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ESPANYOL

El juego de la patata caliente

Chen, Guasch, Perarnau, Rufete y luego Durán, los actores de una temporada desastrosa. La cronología de un descenso y sus intrahistorias.

García Pont, David Gallego y Rufete.
RODOLFO MOLINA

Se consumó el descenso y Josep Maria Durán, director general del Espanyol, hizo una ronda en los medios para mirar el futuro y cerrar la carpeta del pasado con la figura de Rufete en el presente y en el centro de la diana. El director de fútbol profesional quedó eximido de responsabilidades y se convirtió en el nuevo hombre fuerte del área deportiva, tanto que él ha decidido los fichajes de tres colaboradores que llevarán la cantera, la secretaría técnica y la creada Área de Identidad. “La responsabilidad es de quien organizó este sistema”, resumió, apuntando a Perarnau.

La culpa del descenso es como aquella patata caliente del veraniego programa televisivo Gran Prix (que por cierto vuelve a las pantallas 25 años después) que se iban pasando los concursantes cuando acertaban una pregunta. Cada vez se iba haciendo más grande. Perdía el equipo que le estallaba en las manos, pero entre todos la iban alimentando. Lo mismo ha ocurrido en el Espanyol. Todos han avivado la patata, que no ha parado de crecer, y finalmente ha explotado en las manos con la diferencia de que dentro del club no había equipos, sino que todos vestían la misma camiseta, que era la del Espanyol, el gran perdedor.

Al margen de las eventualidades del fútbol, un deporte impredecible, y mirando con perspectiva, cada actor cuenta con un porcentaje de este fracaso en mayúsculas. Para entender las decisiones hay que conocer primero a las personas y sus intenciones. El presidente Chen Yansheng se fió de círculos íntimos y priorizó la economía. Perarnau optó por un “liderazgo colaborativo” en el que le costó inmiscuirse en algunas áreas y dar un golpe encima de la mesa. Rufete fue y es su contrapunto, prefiere dar la cara y liderar desde la visibilidad y con su carácter. Roger Guasch no conocía el negocio del fútbol y explicaba en conversaciones privadas su razonamiento utópico de ir siempre a Europa obviando que lo del curso anterior fue un milagro y que apenas se invertía en el equipo. Y no hay que olvidar a David Gallego, quien participó también en la confección de la plantilla.

Rufete y Óscar Perarnau.
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Rufete y Óscar Perarnau.GORKA LEIZA

Del adiós a Rubi a la llegada de Gallego

Cuando Rubi planteó su desorbitada oferta del Betis, el club apenas se inmutó. Solamente Perarnau acudió a su domicilio con una contraoferta que fue insuficiente. Tanto Chen, que veía con buenos ojos colocar a Gallego, como Rufete, consideraban que su marcha no supondría un gran problema. El propio entrenador, en su comunicado, dejó claras estas desavenencias. “Posteriormente, concretamente el 27 de mayo, me reuní durante dos horas con el sr. Óscar Perarnau, otras personas del club no pudieron asistir”, relató.

Consumada su marcha, la dirección de fútbol profesional, encabezada por Rufete, con el apoyo de Perarnau y el beneplácito de Chen dicidieron que Gallego sea el entrenador. Aunque la dirección general deportiva tenía sus reticencias, finalmente lo respalda. En ese momento se empezó a confeccionar la plantilla.

¿Quién ficha en el Espanyol?

La confección de la plantilla ha sido el foco de las críticas debido a su escaso rendimiento con todos los entrenadores y distintos modelos de juego, de Gallego a Machín, pasando por Abelardo o ahora Rufete. La plantilla la confeccionó principalmente el entrenador y el director de fútbol profesional, quienes definían las altas, las bajas y las posiciones a reforzar. Ya en su presentación, a Rufete se le presenta, según el comunicado oficial del club, como “el encargado de gestionar todos los asuntos deportivos relacionados con la plantilla profesional del RCD Espanyol, en concreto se responsabilizará de las altas, bajas, ámbito contractual y de negociación, seguimiento del día a día en lo referente a preparación y competición, evaluación y seguimiento del rendimiento deportivo de los jugadores y técnicos”.

El propio Ángel Gómez, ex secretario técnico del Espanyol, comentó en el programa Pericosonline que “cuando estuve en el Omonio (club chipriota) llamé a Perarnau para pedir la cesión de Pipa. Y me dijo que esos temas los llevaba Rufete. Lo llamé”. De esa manera, la secretaría técnica y Perarnau daban también su opinión y apoyaban las decisiones, incluso se encargaba el director general de rematar algunas negociaciones.

Chen Yansheng.
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Chen Yansheng.

El primer disparo apunta a Chen y Guasch, quienes mantuvieron su estrategia de gastarse solo la mitad de los ingresado. Después, a Perarnau, quien no fue capaz de hacerle ver al presidente la importancia de invertir en la plantilla y el riesgo de devaluar el equipo en un año tan complicado. Y, por último y no menos importante, Gallego y Rufete, quienes seleccionaron los jugadores con los informes de la secretaría técnica.

Un ejemplo es Ander Iturraspe. El mediocentro vasco, quizás el peor fichaje, fue una idea de Gallego respaldada por Rufete. La secretaría técnica confeccionó los informes y técnico y director de fútbol profesional, ante las dudas que podía generar su escaso rendimiento el curso anterior en el Athletic, decidieron que viniera a Barcelona dos días para conocerlo y comer y cenar con él. A coste cero, con experiencia, lo escogieron como el recambio de Marc Roca en el año de las tres competiciones.

El giro de 180 grados de diciembre

Ya a finales de agosto, después de perder ante el Sevilla, dos agentes de jugadores de la actual plantilla, titulares y con peso, explican en conversaciones telefónicas que “Gallego no es Rubi”, “esto es un desastre” o “intentaremos apurar el mercado y salir”. Obviamente, esos futbolistas no lograron salir, con un Espanyol que se mostró duro en las ventas al margen de la de Borja Iglesias y Mario Hermoso, quienes ya estaban en todas las quinielas para marcharse traspasados para que el club ingresara.

Los resultados no llegaron, la situación del Espanyol se complicó, ni Gallego ni Pablo Machín, dos entrenadores en las antípodas, lograron enderezar el rumbo. A finales de noviembre, Chen les comunicó a los responsables deportivos que habría una pequeña inversión para fichar y una ampliación del límite salarial. También les desgranó ya la posibilidad de modificar el eje de mando, y de unir la dirección general deportiva y económica.

Josep Maria Durán.
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Josep Maria Durán.DIARIO AS

Antes de la llegada de Abelardo, Rufete ya se postuló para entrenar el equipo y dio un paso para asumir el mando. Pero en aquel momento se consideró que la mejor opción era fichar al asturiano. A final de año, llegó Durán para aglutinar esa cargo y todo cambia con él. El nuevo director general confía en Rufete, Perarnau queda ya en un segundo plano y convencen a Chen de gastar para salvar al equipo. Llegan cuatro refuerzos por (contando variables) 43 millones de euros. Un ‘all-in’ en toda regla que ahora genera un problema con el descenso y el acoplamiento al límite salarial, como en la época de Ramon Robert cuando el mercado dependió cien por cien de adecuarse a ese tope.

Todo ha salido mal en una temporada que ya empezó con el pie izquierdo por el adiós de Rubi y la decisión de no invertir en el equipo en verano. Gallego es consecuencia de lo primero, mientras que Rufete no fue capaz de que los fichajes dieran su resultado. Perarnau no actuó pidiendo responsabilidades y al final fue él quien acabó despedido junto a Guasch, mientras que la apuesta de Durán y Rufete pensando solo en el presente y no en el futuro deja ahora al Espanyol en una situación de hipoteca salarial que debe resolver haciendo malabares.