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MÁLAGA

Centenario Adrián González

Adrián, que jugó su partido 100 el pasado miércoles, es el tercer mejor goleador de la era Al Thani. Uno de los pocos aspectos positivos de esta nefasta etapa del jeque.

Adrián González celebrando un gol.
Mariano PozoDIARIO AS

Adrián González disputó el pasado miércoles contra el Deportivo su partido número 100 como jugador del Málaga. Una cifra redonda en un momento especialmente complicado que vive el club por la deficiente gestión del horroroso presidente/tuitero, Abdullah Al Thani, y sus ociosos hijos. Y en líneas generales, podemos afirmar que el trabajo de Adrián ha sido de las pocas cosas positivas que han pasado por La Rosaleda en estos tiempos de sufrimiento.

Cuando el 25-2-2017 el Eibar se enfrentó con el Málaga Adrián ya sabía que se iría a la Costa del Sol. Lo llamativo de aquella jornada fue que el Eibar ganó 3-0, que Adrián anotó dos goles y que los malagueños se metían en problemas clasificatorios. Las circunstancias provocaron el cese del entrenador, Marcelo ‘Gato’ Romero y la llegada de Michel. Padre e hijo iban a coincidir. El Málaga de Míchel eludió el descenso con un final de temporada sensacional que incluye un 2-0 al Barcelona. Michel y Adrián afrontaban el comienzo de la siguiente temporada, la 2017-18, con toda la ilusión del mundo.

Pero las cosas empezaron a torcerse desde el segundo uno. Las injerencias del insufrible Al Thani dinamitaban a la entidad y crispaban a Míchel. La pretemporada, con 10 derrotas y un solo triunfo, marcaba que lo peor estaba por venir.

Adrián debutó en Liga contra el Eibar. Derrota 0-1 con gol de Charles, un ex. Como el equipo no ganaba, la grada empezó a tomarla con algunos jugadores y en especial con Adrián. ¿Por ser hijo de Michel? No. El técnico empezó siendo el ídolo que animó a que se abonasen 24.000 aficionados. Pero con el tiempo las cañas pasaron a ser lanzas.

A medida que el desastre se consolidaba, la afición empezó a ser más comprensiva con Adrián porque valoraba que se dejaba el alma en cada partido. Pero crucificó a otros como Rosales o Miguel Torres. El Málaga descendió. Adrián, de lo poco salvable, jugó 27 partidos y anotó tres goles.

La primera temporada en Segunda se esperaba que fuera un plácido tránsito en retorno a la élite. Juan Ramón Muñoz cambió de capitanes. Destituyó a Recio, Rosales y Miguel Torres para nombrar a Fede Ricca y Adrián. El madrileño ya era un líder dentro del campo y ahora añadía sus primeros galones. No hubo ascenso tras la dolorosa eliminación en la promoción ante el Deportivo. Adrián jugó 37 partidos y marcó 10 goles. Lo que vino fue aun peor.

Mientras Al Thani se dedicaba a tuitear choradas y desesperar con su absurda gestión, Adrián ejercía como capitán las 24 horas del día. La delicada situación del club hacía temer hasta que pudiera ser descendido a Segunda B. El excedente en el tope salarial complicaba la inscripción de jugadores. Adrián no paraba de hacer de enlace entre la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles), muy preocupada por la situación) y la plantilla. Además tuvo que ejercer como paraguas de sus compañeros para soportar todos los chaparrones provocados por el inepto jeque, aquel caprichoso director general estadounidense, Richard Shaheen, famoso por su perro y su gusto por el jamón o la desagradable situación creada tras el vídeo íntimo de Víctor que se publicitó.

Adrián es el tercer mejor goleador del Málaga en esta década de Al Thani. Lleva 19 goles, uno menos que Roque Santa Cruz con 20 y seis meno que los 25 anotados por Salomón Rondón. Tiene contrato en vigor hasta el 30 de junio de 2021.

Contra viento y marea el Málaga va resistiendo y demostrando que la vida sin Al Thani puede ser maravillosa.