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CHAMPIONS LEAGUE

El análisis del sorteo de Madrid y Barça: Cristiano, el gran Bayern...

El análisis de los hipotéticos rivales de Madrid y Barcelona si pasan los octavos. El peor posible era el Bayern. La Juve, con dudas ahora, debe remontar al Lyon.

Actualizado a
El análisis del sorteo de Madrid y Barça: Cristiano, el gran Bayern...

La dureza del sorteo ha deparado un itinerario cargado de minas para Real Madrid y Barcelona en caso de que superen las eliminatorias ante Manchester City y Nápoles, respectivamente. El equipo de Zidane mira de reojo a Juventus y Lyon, mientras que el de Setién tendría seguramente al Bayern como enemigo imponente en esos cuartos. Las semifinales dibujan un hipotético Clásico entre Madrid y Barça si avanzan en el torneo. 

Juventus o Lyon

Con la Serie A en la mano, donde nadie en Italia discute su hegemonía, la Juventus ansía esa Champions que últimamente siempre se le escapa y está obligada a remontar frente al Lyon (1-0). No ha vuelto bien tras el parón. La derrota en la final copera contra el Nápoles o el último tropiezo liguero frente al Milán (4-2) son signos evidentes de su inconsistencia. La presencia de Sarri en el banquillo ha alterado los cánones tradicionales de su juego y no se ha mostrado como una decisión eficaz.

El extécnico de Nápoles y Chelsea ha dado una vuelta a su pizarra. Ha relegado, al menos de momento, su característico 1-4-3-3 por un 1-4-4-2, aunque siempre puede volver a la idea primogénita. El motivo parece encuadrarse en su negación a juntar en el once a Cristiano, Higuaín y Dybala. Es una resolución lógica, más si cabe viendo el rendimiento de Bernardeschi o el siempre peligroso Douglas Costa. Cristiano parece coger el tono en los últimos encuentros y Dybala asoma con su irregularidad maravillosa. Sin embargo, el principal problema de la Juventus se asienta en el aspecto defensivo. De Ligt no es ni la mitad del central que deslumbró en el Ajax, Bonucci y Chiellini son víctimas de la edad y los laterales no tienen galones suficientes. La lesión de Khedira afecta a una medular que seguirá liderada por el criterio de Pjanic, futuro metrónomo azulgrana. Rabiot anda más fino y remite moderamente al jugador que fue en el PSG. La Juve intenta mantener la herencia de Allegri en la solidaridad colectiva y cohesión entre líneas, pero Sarri insiste en ir más allá para devolverla a lo más alto de Europa. Con Cristiano en el horizonte del Madrid, siempre que remonte al Lyon.

La incógnita gala

Llegará el Lyon con la pretensión verdadera de amarrar la ventaja adquirida como local. Es difícil hacer pronósticos en un equipo penalizado por el fin de la Ligue 1. El parón le ha servido para recuperar a futbolistas como Depay, posiblemente su pieza más relevante, y Adelaide. Son refuerzos que aportarán mayor capacidad ofensiva a un conjunto dirigido por Rudi García, alejado ya de su visión idealista en favor de otras posturas más prácticas. 

El técnico del Lyon acostumbra a formar con un 1-4-3-3, aunque sin descartar otras opciones como el 1-4-2-3-1 o el 1-3-5-2 que utilizó en la ida frente a la Juventus. Necesitará del máximo rendimiento de sus centrocampistas, una posición en la que añorará a Tousart, goleador en Gerland y traspasado este verano al Hertha de Berlín. La habilidad y calidad de Bruno Guimaraes y Aouar se deben tener en cuenta tanto como la velocidad de Ekambi o Dembelé arriba. Con todo, la fotografía general no favorece al Lyon, sin centrales de amplia solvencia (ni Denayer, Marcelo, Marçal o Andersen lo son) y con limitaciones evidentes. El 1-0 de la ida es su gran aval para soñar y alcanzar los cuartos de final.

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Bayern o Chelsea

Si el fútbol atiende a la razón, el Barça se cruzaría con el Bayern en los cuartos de final. Pocas dudas existen sobre la ventaja del conjunto bávaro ante el Chelsea, después del 0-3 de Londres, aunque alguna más sobre la firmeza del equipo de Setién ante el Nápoles. Si se terminan encontrando, el Barcelona afrontará un duelo de máxima dificultad ante el mejor equipo en la actualidad.

El Bayern Múnich superó la etapa más delicada que se recuerda en mucho tiempo. En diciembre miraba de lejos el liderato en la Bundesliga y no se reconocía ninguna de las singularidades que siempre le distinguieron. Se tuvo que ir Kovac y llegó Flick con el traje de interino. Ahora es el entrenador de moda tras una reacción sobresaliente que le ha valido el doblete en Alemania y tener casi los dos pies en cuartos de final.

Con el 1-4-2-3-1 como sistema más utilizado, apoyándose también en la variante del 1-4-3-3, el Bayern es un máquina futbolística de alta precisión y seguridad. Las figuras de Neuer, Boateng, Alaba, Müller y Lewandowski conservan su estatus, muy merecido en algunos casos como el del polaco. El delantero está inconmensurable este curso y su producción realizadora alcanza ya los 51 goles. Atrás Flick, sin Süle y con Lucas lejos de adaptarse, ha dado con la tecla con una línea de cuatro formada por Pavard, Boateng, Alaba y la eclosión de Davies en el lateral izquierdo. Las expectativas sobre el canadiense resultan extraordinarias. Kimmich es el jefe de la medular, un futbolista con peso en todas las zonas del campo y una inteligencia táctica descomunal, al que escolta bien el recorrido de Göretzka, que ha adelantado a Thiago en las preferencias del entrenador bávaro. De Coutinho ya no se espera nada, algo que sí sucede con Coman y Gnabry, en permanente estado de irregularidad. La trayectoria reciente del Bayern le otorga todo el crédito y le hace portar la bandera del favoritismo en este fútbol desconocido y que dará margen para las sospresas. En agosto quizá no sea el mismo equipo.

El sorpresón del Chelsea

Es improbable que el Chelsea dé la vuelta a la eliminatoria. Aunque ha regresado del confinamiento con un semblante más serio, al margen de la derrota ante el West Ham, posee pocos argumentos que le inviten a tener alguna esperanza. En ataque sigue siendo un equipo muy corto, deseando ver el encaje ya de Werner y Ziyech la próxima temporada, al que le cuesta llevar la iniciativa. Y en la retaguardia, donde Kepa ha recuperado la vitola de titular, no está exento de errores. Solo un milagro le haría apear al Bayern del camino.