El VAR salva a Mourinho de un nuevo sonrojo
Los de Mourinho volvieron a dar una pobre imagen ante un rival que se encuentra en descenso. El VAR anuló un gol al Bournemouth al borde del final.
A José Mourinho se le han acabado las excusas, y quien sabe si también los objetivos, esta temporada en el Tottenham. Llegó con la temporada empezada, es cierto, a un grupo deshinchado y en el que se le lesionaron pronto las estrellas, también cierto, pero en este retorno tras el parón del coronavirus se esperaba más de los subcampeones de Europa. Mucho más. Hoy, frente a un equipo prácticamente descendido que solo ha ganado uno de sus últimos diez partidos, concretamente el pasado 1 de febrero, no fue capaz de pasar del empate y, de no haber sido por el VAR, podría haber perdido incluso el encuentro.
Minuto 89, balón suelto dentro del área, y Callum Wilson, en una medio chilena bastante poco ortodoxa, remata a portería. El balón, que se colaba a trompicones en las redes de Lloris, se encuentra en el camino con la mano de Joshua King y el árbitro no lo ve, pero la tecnología sí. Mourinho encomendado a ‘San VAR Bendito’ y los cherries, que se habían envalentonado, rozando el tanto final con un mano a mano del otro Wilson, Harry, que sacó fantásticamente el meta francés. Un punto para cada uno y gracias.
Antes, el partido había sido impropio del de un equipo que necesita echarlo todo para estar la temporada que viene en Europa, aunque sea en la Europa League. Plano, muy plano este Tottenham que no puede vivir sin Son, al que Mourinho tuvo que sacar en el descanso por la falta de profundidad. Los suyos reaccionaron en la segunda mitad, pero la grave lesión de Adam Smith supuso un parón demasiado importante y se rompió el ritmo de juego.
Este resultado deja al Tottenham noveno a tres puntos de distancia del Wolves, que marca la sexta posición, aunque los spurs seguro que se van con la sensación de que podrían haber aprovechado el partido contra uno de los colistas para rascar las victorias que tanto necesitan. O quizás no, porque, de no ser por la tecnología, el desastre habría sido aún mayor. Mientras, en las cuatro jornadas que restan de Premier, cinco equipos pugnan por una única plaza embutidos en apenas tres puntos.