Pjanic ratifica a Paratici como el ‘mago’ de las plusvalías
La Juventus tenía que cuadrar balance y obtener 150 millones en ese concepto. El dirigente italiano lo ha dejado en 160 con el trueque por Arthur con el Barcelona.
El tiempo apuraba para cuadrar balance después de un ejercicio condicionadísimo por el coronavirus y Fabio Paratici lo ha vuelto a hacer en la Juve. El director deportivo bianconero ajustaba los números con una operación que ya venía encaminada en las últimas semanas. El trueque Arthur-Pjanic con el Barcelona dejaba en los libros de la Vecchia Signora una plusvalía de 41,8 millones sobre el centrocampista bosnio de 30 años y volvía a hacer que el mago Paratici consiguiera la cuadratura del círculo. La Juve necesitaba cerrar con 150 millones en concepto de plusvalías y la cifra oficial arroja un montante de casi 160. Otra cosa es cómo se ha conseguido, porque el dirigente de 47 años recurre a toda la ingeniería financiera a su disposición para conseguir el fin que se propone. Paratici se ha revelado como todo un maestro a la hora de vender un jugador por encima de su coste residual, el que se calcula al dividir el coste total de su fichaje entre sus años de contrato. Toda una ventaja en los tiempos del más que ajustado fair play financiero impuesto por los organismos futbolísticos.
Hace unos días, cuando las noticias sobre el intercambio Pjanic-Arthur hervían, Paratici soltó lacónicamente un “ya explicaremos todo” que anticipaba lo que el 30 de junio se confirmó. No fue el único trueque. Paratici también cerró el del joven español Pablo Moreno al Manchester City a cambio de Correia, que arrojaba una plusvalía de 7,6 millones. Este del delantero español y el otro trueque con el City, hace meses ya, entre Danilo y Cancelo, que se liquidó con una plusvalía de 30,5 millones, se observan en Italia como exagerados, fruto de la creatividad financiera de un Paratici que mantuvo un ritmo frenético en las horas previas al 30 de junio. Mavidi fue traspasado el Montpellier, dejando un margen positivo de 4 millones en el balance. La carrera anual se iba completando. En enero rubricó una operación redonda, Can, que había llegado con la carta de libertad, se marchaba al Dortmund, con otra plusvalía de 14,7 millones. El norcoreano Han se iba al Al Dulahil engordando el concepto en 3,6 millones. Kean, un canterano, había dejado ya 27 millones en su traspaso al Everton; Mancuso se fue al Empoli con una plusvalía de 3,272; Francoforte, a la Sampdoria (1,574); Lanini, al Parma (2,2); Masciangelo, al Pescara (1,53); Stoppa, a la Sampdoria (0,12); Loria, al Pisa (2); Matheus Pereira, al Barcelona (6,5); Carvalho, al Monza (2,3); Muratore, al Atalanta (6,8)… Así con varios más hasta cuadrar balance.
De la mano del tándem Marotta-Paratici la Juventus recuperó el camino perdido tras el Moggigate con la receta de los golpes a coste cero, los intercambios, el magnífico ojo, la capacidad para atraer a grandes nombres como ha pasado con Cristiano y con De Ligt entre otros y la creatividad para las plusvalías. El maestro se marchó al Inter y a la Vecchia Signora no le tembló el pulso, tenía el relevo en casa. Ambos habían puesto en marcha una maquinaria que ha gobernado el Calcio con puño de hierro. Así, sin coste de traspaso se han puesto la bianconera jugadores como Pirlo, Pogba, Llorente, Khedira, Neto, Dani Alves, Emre Can, Ramsey, Rabiot... Y después, la magia a la hora de ajustar las cuentas echando mano de todo tipo de recursos. En Italia, 'maravillan' por ejemplo esos valores que les asignan a jugadores en intercambios de segunda o tercera mano.
Paritici, obsesionado con la captación y mago de los números.
Porque todo vale y todo importa. Los medios italianos analizaban estos días los pasos del que fuera exjugador de Tercera, Paratici, un defensa que a los 31 años dejó el fútbol para dar rienda suelta a su pasión por la captación de futbolistas y que se convirtió en la mano derecha de Marotta, su maestro y ahora gran rival. En 2002 Paratici llegaba al departamento de ojeadores de la Sampdoria y Marotta se hacía cargo de la dirección general. Después, en 2010 se llevó a la Juventus para continuar con el Máster. De Paratici cuentan los cercanos en su juventud que ponía la misma pasión en el campo como fuera de él a la hora de devorar cada partido nacional o extranjero en televisión libreta en mano, con el afán de tener controlado prospecto de estrella. Lo mantiene y ha desplegado, además, toda su habilidad y astucia. Le sigue encantando desplazarse para ver en directo a los futbolistas que quiere, pero explica que a veces es mejor observar al jugador una vez manos e invertir ese tiempo en ir a cenar con su familia para comprender el entorno en el que se maneja. Pero en la Juve no está solo por eso. Su mano con los números está de sobra demostrada.