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¿Por qué no ha funcionado el Arsenal de Mikel Arteta?

El Arsenal de Mikel Arteta no ha cumplido con las expectativas creadas y el rendimiento del equipo inglés ha vuelto a estar muy lejos de lo esperado.

¿Por qué no ha funcionado el Arsenal de Mikel Arteta?

El Arsenal está firmando una preocupante temporada 2019/20. Su rendimiento sigue sin ser positivo y sus cifras continúan muy lejos de las siempre altas expectativas creadas el pasado verano. Su proyecto no parecía arrancar como se esperaba antes del parón por la crisis sanitaria del coronavirus, y sigue sin hacerlo ahora que la temporada se ha retomado tras la pausa.

Una dinámica de resultados descendente que en el Norte de Londres ya empiezan a ver desde el lado de la decepción, y tal y como pasan las semanas la sensación de preocupación gana terreno. Lejos de cumplir el objetivo de entrar en puestos de Champions League, incluso el deseo de estar en la próxima Europa League ha perdido peligrosamente terreno.

El curso deportivo del Arsenal está siendo muy negativo pero, ¿qué está ocurriendo realmente?

Cambio de entrenador sin resultado.

Ni Unai Emery, ni el eventual Fredrik Ljungberg, ni Mikel Arteta. La destitución de Emery (tras llevar al equipo a la Final de la pasada edición de la Europa League) llegó como una solución casi vital buscando una solución que, afirman, muchas veces llega simplemente con un cambio en el banquillo. La temporada no parecía ir por el camino esperado y desde el seno del club se apostó por el cambio de técnico. Entre medias, un Ljunberg cuya carta máxima en la élite era haber sido un histórico futbolista y que guardaba un bonito recuerdo en la parroquia local. Pero sus resultados tampoco acompañaron y su eventualidad acabó siendo precisamente eso, una solución eventual, temporal. Un parche hasta que llegara el técnico definitivo, Arteta, quien dejaba el staff técnico de Pep Guardiola en el Manchester City para embarcarse en su primera andadura como primer entrenador profesional. Pero tampoco. El Arsenal no funciona y la baza del cambio de técnico está agotada.

Fichajes que no han rendido.

El Arsenal firmó incorporaciones interesantes el pasado verano. Pépé (delantero revelación del fútbol francés la pasada temporada), David Luiz (central que llegaba del rival londinense, Chelsea, con un siempre cuestionado cartel mediático a sus espaldas), Kieran Tierney (joven promesa del fútbol escocés que se había consagrado en el lateral izquierdo del Celtic), Dani Ceballos (futbolista técnico que llegaba cedido del Real Madrid para suplir a un gris Mesut Özil) y otros como Pablo Marí o Soares que, consecuencia de la pandemia, no han podido demostrar realmente su potencial. En líneas generales, fichajes interesantes. Jugadores que tenían condiciones suficientes para ser titulares en las filas Gunners. Pero su rendimiento no ha enamorado a nadie en la zona Red del Norte de Londres. En verano, el proyecto del Arsenal presentaba una estética muy atractiva, pero el paso de las semanas, de los meses, acabó confirmando una peligrosa rutina que ya parece estar instalada en las filas londinenses. El equipo vuelve a quedar fuera de la Champions League.

Paso atrás de la dupla Lacazette-Aubameyang.

Fue, sin lugar a dudas, uno de los puntos fuertes del Arsenal la pasada temporada. La pareja atacante formada por Lacazette y Aubameyang fue una pieza vital del rendimiento del equipo. Tanto a nivel liguero como continental, su aportación deportiva tanto a nivel goleador como asociativo adquirió un valor gigante para los intereses Gunners. Su estado de forma, pues, les convertiría en uno de los grandes focos de la presente temporada. Si rendían, sería una buena noticia para el Arsenal. Pero no. No fue ni ha sido así. Ni antes del parón ni ahora en la recta final de la Premier League. De hecho, la figura de Lacazette se ha esfumado como una pompa de jabón en medio de una ventisca nórdica. El delantero francés ya se ha convertido en uno de los focos del próximo mercado de fichajes en materia de bajas. Aubameyang, en cambio, sí ha mantenido sus cifras goleadoras y ha sido la gran referencia ofensiva del equipo. Sin embargo, ofrece sensación de estar demasiado solo. Su camino en el ataque parece ser en solitario y eso, evidentemente, ha acabado afectando al rendimiento del equipo. La mala noticia para la parroquia Gunner es que el delantero gabonés lleva semanas siendo uno de los jugadores más señalados en la diana para dejar el equipo este verano.

Mesut Özil, desaparecido en combate.

Una temporada más. Un año más. Una vez más. Su irregularidad convertida en una preocupante regularidad. La constante sensación de esperar su explosión se ha convertido en una pobre dinámica que ha acabado instalándose en su día a día. Özil es considerado una de las grandes estrellas del fútbol inglés, europeo y mundial, pero su rendimiento sólo parece estar apoyado por detalles individuales, espontáneos, que ya ha acabado con la paciencia del club. En los últimos días, de hecho, se ha afirmado que este verano es el definitivo y su salida del Arsenal puede ser una realidad. Una oferta voluminosa del fútbol turco podría confirmar su adiós de cara al próximo curso. Su desaparición ya es una realidad. Y si a su rendimiento gris se le suma que cuenta con una de las fichas salariales más altas de la Premier League su salida puede convertirse en dar salida a dos problemas: el deportivo y el que conlleva económicamente su sueldo. Un tipo que, dicen, vive más de su marca personal a nivel mediático y en redes sociales que su fútbol.

Marca igual que encaja.

En Inglaterra (como en cualquier país), en la Premier League (como en cualquier liga de primer nivel), mantener un rendimiento alto es uno de los principales objetivos para pelear deportivamente por el título. Marcar más goles que encajarlos es de primero de lógica futbolística. Y es el factor que se ha atravesado en el camino del Arsenal esta temporada. Analizando sus cifras goleadoras a favor y en contra pronto aparece un contexto alejado a lo que se puede esperar de un equipo como el londinense. Marca los mismos goles que encaja prácticamente. En términos objetivos, no es el peor de los escenarios. Podría encajar más goles que marca. Pero en un contexto en el que se espera que pelee por puestos europeos, incluso que entre directamente en la pelea por el título, las cifras similares a favor y en contra es uno de los puntos clave de su rendimiento liguero. La comparativa goleadora respecto al Big Six les deja en mal lugar, y viendo esas cifras a muy pocos en las islas británicas extraña verle tan lejos de Champions League. Sobre todo porque en ese aspecto goleador un elevado porcentaje recae sobre la figura de Aubameyang. Es decir, sin él, la carencia sería mucho mayor y, además, la posición del equipo estaría mucho más alejada de Europa.

Sensación de pasividad esperando el final.

Es el resultado, la consecuencia. Lejos de haber peleado un título que ha sido prácticamente de inicio a fin del Liverpool. Lejos de haber peleado realmente por los puestos de Champions League con Liverpool, Manchester City, Leicester y Chelsea como protagonistas. Y cada vez más lejos de poder entrar en Europa League. Matemáticamente todavía existen opciones, pero esas aspiraciones deportivas no parecen caminar de la mano de las sensaciones. Ya era un aura existente antes del parón, pero ahora parece haberse acentuado. El feeling Gunner va encaminado a estar esperando el desenlace oficial de la temporada. Da la sensación de que el Arsenal parece haber cerrado la página 2019/20 y ya esperan que inicie el curso próximo. Nuevo proyecto, llegarán nuevas caras, se irán algunos de sus jugadores titulares y, en cierta medida, la rutina Gunner de los últimos años. Volver a empezar.