Metamorfosis en un Almería regular
Sólo cuatro de los titulares de los primeros compases están entre los once jugadores más utilizados de un cuadro almeriense que no ha bajado nunca de la cuarta posición.
Con las minicrisis naturales de una competición tan larga como Segunda el Almería ha mantenido la mejor regularidad de su historia. No ha bajado en toda la competición de la cuarta plaza (pisándola sólo en la jornada 2) con una peculiar metamorfosis en los protagonistas del equipo. No en vano, cinco de los once titulares de los primeros compases del curso se marcharon en el mercado invernal, en el que hubo docena de salidas y siete entradas.
En concreto, René, Owona, Chema, Gaspar y Sekou fueron indiscutibles en las primeras jornadas, sin tener apenas minutos los tres últimos la campaña anterior. Sorprendió incluso que Sekou fuese pichichi de la categoría, designado como mejor futbolista de Segunda en septiembre. Pedro Emanuel repitió alineación las cinco primeras jornadas, con la entrada obligada de Maras en la tercera fecha por la lesión de Ibiza y la de Fernando sólo en Málaga por las molestias del meta bosqueño: René; Romera, Owona, Ibiza, Martos; De la Hoz, Aguza; Corpas, Chema, Gaspar; y Sekou.
En la sexta jornada, intersemanal, ya entraron Balliu, Petrovic, Vada y Lazo, comenzando las rotaciones. Del once del párrafo anterior, sólo Martos, De la Hoz, Aguza y Corpas están entre los once jugadores más utilizados. Fernando le quitó el puesto a René en la jornada 17 (la tercera con Gutiérrez) y Balliu a Romera a partir de la undécima. Lazo se hizo con el extremo diestro en la sexta fecha, Vada en la décima, y Darwin en la décimo tercera.
El otro futbolista que está entre los once efectivos más utilizados es Petrovic, aunque por posición el otro titular ahora es David Costas, indiscutible desde que llegó, formando pareja de centrales con Maras. Con la llegada de Gutiérrez las rotaciones fueron más constantes. Su primer once estuvo formado por René; Balliu, Maras, Martos, Jonathan; Aguza, Petrovic; Corpas, Coric, Lazo; y Darwin. Una semana después introdujo tres cambios y después cuatro. Una metamorfosis continua en la que no se ha perdido regularidad.