La 'Doble G' parte de cero
Guillamón y Gabriel debutaron como pareja de centrales, el Valencia dejó la portería a cero tras diez partidos sin hacerlo y el rival disparó solo tres veces a puerta.
Diez partidos, 900 minutos y cinco parejas de centrales distintas usadas después, el Valencia volvió a dejar la portería a cero. Lo hizo el pasado domingo frente a Osasuna y lo hizo con una dupla hasta el día de hoy inédita y que todo indica a que se va a repetir: el veterano y líder Gabriel Paulista junto al prometedor canterano Hugo Guillamón.
Las expectativas no eran bajas entre la afición che, el alto rendimiento que había dado Hugo en los dos partidos previos sumados a la calidad de Paulista hacían soñar con que se asentara una pareja de centrales tras la lesión de Garay, porque desde ese día Celades ha probado cinco diferentes en diez encuentros: Diakhaby-Gabriel (5), Mangala-Gabriel (1), Mangala-Diakhaby (2), Mangala-Guillamón (1), Diakhaby-Guillamón (1).
Bien es cierto que el sistema defensivo che aún tiene que mejorar, pero los trece remates en contra recibidos frente a Osasuna –entre balones fuera, blocados etc.- hacen que ese encuentro sea en el que menos remates le han hecho al plantel desde que se reanudó LaLiga. Pero además, desde que se lesionara Ezequiel Garay las cifras de remates en contra habían estado por las nubes en muchos encuentros – 22 en Getafe, 19 en Anoeta, 28 en Granada...- los trece frente a Osasuna es la segunda cifra más baja de remates en contra desde que se lesionara el argentino.
Las primeras sensaciones entre esa 'Doble G' fueron más que positivas, especialmente por como se complementan ambos centrales, mientras uno destaca por su físico y dureza, el otro lo hace por su técnica y juego de pies. Así, entre ambos zagueros repartieron 111 pases y solo erraron en ocho, lo que llevó a que la salida de balón jugada del Valencia adquiriera un nivel notable. No en vano, Celades se ha pasado todo el mes de 'pretemporada' inculcando a los suyos esta nueva forma de sacar la pelota y por lo que parece Gabriel y Guillamón se adaptan a la perfección a lo que quiere el míster.