Gran paso adelante del Tenerife a costa de la condena del Racing
Los cántabros se borraron del partido muy pronto, regalando un gol a los diez minutos. El Tenerife, sin grandes alardes, fue mejor.
Al final, el Racing va a que tener que dar las gracias de que el calendario postcoronavirus sea a uña de caballo. Tres meses así, virtualmente descendido y echando sal en la herida cada partido, sería inaguantable para el racinguismo. Un mes ya será duro. Y más si el equipo empieza regalando goles como el que cocinaron Luca y Buñuel, que aprovechó muy bien Joselu. Pelotazo largo desde la frontal del área chica de Ortolá, Luca sale sin sentido 15 metros fuera del área, Buñuel ni se la deja al francés ni despeja con convicción, la mata de espuela para dejársela a Joselu, que pasaba por ahí. Así se le ponían los salmones a Franco. Gol y acta de defunción de los locales.
10' y ya se acabó el partido. El Tenerife hizo lo que quiso, mandó arriesgando lo justo y con un ritmo cadencioso que dejaba en evidencia la falta de rival. José Luis Oltra intentó dar un golpe de mano antes de la media hora, cambiando del 5-4-1 inicial al 4-2-3-1, sacrificando a Nando, metiendo a Nico Hidalgo y pasando a la media punta a Enzo Lombardo. Dio igual. Como fue inocuo pasar a 4-4-2 tras el descanso. Fuegos de artificio. A esas alturas el Racing era un equipo sin alma.
El partido de los tinerfeños, siempre fieles al 4-4-2, fue tan plácido que sin necesidad de apretar el acelerador mantenía a los cántabros inoperantes. Daba la sensación de que Baraja esperaba que los goles fueran llegando solos. Y así pudo ser antes si el VAR no hubiera obligado a Iglesias Villanueva a rectificar un penalti que había señalado a Figueras por darla con el brazo. La imagen demostró al trencilla que fue el balón el que dio al codo y no al revés.
En la segunda mitad, con igual negligencia local y juego al ralentí de los canarios, que parecían ahorran energías para los próximos choques, el Tenerife pareció sentenciar el partido con un merecido 0-2, al enviar Barrera al fondo de las mallas un balón que había rebotado previamente en el larguero.
Lo más sorprendente de todo fue lo que ocurrió en el alargue. Con el Tenerife ya perdiendo tiempo, en el 93' Jon Ander se las apañó para rematar dos veces a la salida de una segunda jugada tras un saque de esquina. Gol. 1-2 y al Tenerife le entró el tembleque y no fue capaz de salir de su área en los tres últimos minutos. En el 96' el partido acabó con un remate de cabeza de Jordi Figueras en el pico del área chica, en el segundo palo. Tuvo el empate, pero se le escapó alto el testarazo. De poco hubiera servido el empate al Racing, ya condenado (no matemáticamente) a penar la próxima temporada en 2ªB.
El Tenerife sale de El Sardinero con una victoria justa, un refuerzo anímico y tres puntos que le alejan de la zona caliente.