El Girona se deja dos puntos y se complica el ascenso directo
El conjunto catalán empató en casa con el Racing de Santander, a quien tampoco sirve el punto, en un partido con ocasiones claras, pero sin goles.
Girona y Racing firmaron un 0-0 en Montilivi que ninguno hubiese rubricado antes del partido. Los catalanes, muy espesos en ataque, siguieron en la línea del partido ante Las Palmas, poco fluidos y dependientes de la acción individual de algún futbolista. El Racing, ordenado, tuvo alguna opción a balón parado hasta que se replegó para guardar el punto.
No fue raro en la primera mitad ver a Stuani o a Borja García, los dos hombres más adelantados del Girona, realizar aspavientos con los brazos. Sin reproches a los compañeros, tan solo un gesto de desesperación, que si bien no fue preocupante sí fue significativo: El Girona ni supo ni pudo plantear su partido ante un Racing con una ordenada defensa de cinco con las ideas muy claras. Un mérito que reafirma el trabajo de su técnico, que revolucionó el once dando entrada a siete futbolistas distintos a los del fin de semana. Pese a entrar peor al partido, los cántabros fueron asentándose y generaron algún peligro a la contra, especialmente por la banda derecha. El Girona también tuvo sus opciones, la mejor en las botas de Stuani, sobre todo cuando Samu Sáiz tuvo espacio para conducir por dentro. Sin embargo, ninguno de los dos equipos fue claramente superior al rival en los primeros 45 minutos.
La dinámica siguió, sino acrecentada, en los primeros minutos de la segunda mitad. El Girona fue incapaz de mover el balón a una velocidad suficiente para desordenar a un Racing que cada vez tuvo más oportunidades. Algo que detectó Martí, que cambió de un plumazo el doble pivote dando entrada a Rivera y Granell. Y un centro magnífico del segundo, en el 53', pudo suponer el primer gol del partido. Pero Ignasi Miquel remató mal. La idea, sin embargo, no funcionó. El Racing siguió jugando más y mejor, con un despliegue de Nkaka digno de mención. Pero como le ocurrió al Girona, no concretó.
Tampoco Stuani, que sentó a su defensor en el 78' y falló un mano a mano que hubiese supuesto, seguramente, el partido. Apretaron los catalanes en los minutos finales, pero el gol no llegó.