Entrenamiento intensivo y la fundación, obsesiones de Oblak en el confinamiento
El parón ha sido devastador para los porteros, como se ve en España y Alemania. Pero él ha regresado decidiendo. Dos sesiones diarias y centrarse en su misión solidaria le han ayudado.
Con 0-0 en el choque de San Mamés, Yerai peinó un balón casi de espaldas que dibujaba una parábola a gol. Oblak intuyó tanto el centro como la trayectoria del remate, voló y evitó el primer gol del Athletic en lo que viene siendo una constante. El esloveno jalona sus partidos siempre con una paradita de las que dan puntos. Esta vez valió uno. El Atlético no fue capaz de más que un empate en San Mamés, algo que se mira con inquietud desde dentro. Con bastante inquietud. Pero Oblak no faltó a su cita con los milagros y esa mano izquierda entra directamente en su museo particular de la temporada. Con Anfield aún en la memoria.
Y eso que la preocupación del portero no era poca cuando todo se paró. Venía de rubricar una de sus noches más trascedentes en el Atlético, pero el coronavirus lo ha cambió todo. Oblak, como todos los porteros, se ha encontrado con la dificultad del trabajo en casa sin el balón. No ha habido manera. Durante el confinamiento se han perdido sensaciones y los porteros las acusan. Se ha hecho evidente en los primeros partidos. Ha pasado en Alemania, donde se han visto errores groseros de porteros importantes. También en España, tanto en primera como en Segunda. Errores de concentración, acciones inexplicables y fallos técnicos que obedecen, simplemente, a la falta de ritmo y a la mentalidad. Los porteros han vivido un difícil regreso, en varios casos.
Un Oblak centrado.
Pero Oblak volvió a demostrar en Bilbao su capacidad de enfoque a prueba de bombas y, sobre todo, que no ha perdido el tiempo durante el confinamiento. Se obsesionó con trabajar intensamente para que su cuerpo no notara la falta de ritmo. El portero se ha empleado durante dos sesiones diarias para no perder, en lo posible, la forma física. Además, se ha pasado mucho tiempo subido en la bici. Kilómetros y kilómetros en esa modalidad de ciclismo virtual que se ha puesto tan de moda entre los deportistas en este receso. Oblak ha rememorado sus viejos tiempos, cuando agarraba el manillar desde su pueblo hasta Ljubljana para entrenarse con el Olimpia.
El entrenamiento era la mejor receta, no sólo para mantener un tono físico, sino también para mantener la cabeza ocupada, aunque el portero ha encontrado más cosas que le han ayudado. Oblak se ha obsesionado también, durante este tiempo, con su misión humanitaria. Ha aprovechado el tiempo libre que no le dejaban los viajes para ayudar en la coordinación de las ayudas que la fundación 'Play with us' lleva a cabo en su país. A ella, el portero, junto a Players Promotion, han ido acercando a otras estrellas como Torres, Messi, Modric, Marcelo, Griezmann...
El meta colabora con material que se ha enviado durante el confinamiento, ha ido siguiendo los trabajos desde la distancia y colaborando en ellos como se aprecia en las fotografías. Durante estas semanas, los envíos han ido llegando a Eslovenia y personas de la fundación con la que colabora el portero del Atlético han ido repartiéndolos. Su país, como tantos, ha pasado por momentos delicados. La familia Oblak, no solamente el futbolista rojiblanco, está muy involucrada a diario en labores sociales. El jugador ha querido estar lo más cerca posible de los que pasaban dificultades en su país durante este periodo de pandemia.