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CELTA

1x1 del Celta: Estado de Alarma ilimitado

La actuación de Rubén Blanco fue lo único rescatable de un equipo condenado al drama de luchar por la permanencia. Calamitoso Sisto.

Óscar García conversa con sus jugadores durante la pausa para hidratarse en la primera parte del partido contra el Villarreal en Balaídos.
Lalo R. VillarLALIGA

Rubén Blanco: Evitó una goleada. Entre todas sus intervenciones destacaron un paradón a Iborra y una espectacular mano metida abajo tras un cabezazo picado de Gerard Moreno. En el gol le rematan en tres ocasiones y en la última el balón rebota en el pie de Murillo.

Hugo Mallo: No se complicó. El Villarreal no atacó demasiado por su costado y el lateral se mostró expeditivo cuando le tocó participar. Apenas se desplegó en ataque.

Murillo: Errores de bulto. Cometió alguna pérdida peligrosa y estuvo muy blando al corte en la oportunidad que fue el preludio del gol. Solo brilló en un cruce providencial a remate de Alcácer.

Araujo: Sufrió, sobre todo, en la segunda parte. Las diagonales de Chukwueze y Bacca martirizaron al mexicano. Demasiado tímido con el balón.

Olaza: El Villarreal entró durante todo el partido por su banda. Lo pasó mal con Moi Gómez y aún peor con Chukwueze. No consiguió combinar cuando el conjunto amarillo le apretó en la salida del balón. Puso varios centros peligrosos que no encontraron rematador.

Pape Cheikh: Desbordado por la superioridad numérica del Villarreal en el centro del campo durante la primera parte. No mezcló bien con Bradaric en el doble pivote. Vio una amarilla en el minuto 39 y fue sustituido al descanso.

Bradaric: Insustancial. Ni recuperó balones ni se hizo en ningún momento con la manija de la medular. La entrada de Okay y el cambio de dibujo aliviaron algo su calvario.

Rafinha: Perdido. Cuando empezaba a tomarle el pulso al partido, Óscar lo sentó. Fue el único jugador del Celta que disparó a puerta. Probó suerte en el minuto 35 de la primera parte con un peligroso tiro desde la frontal.

Juan Hernández: Desapercibido. La gran sorpresa en el once inicial apenas entró en juego actuando como extremo izquierdo. Óscar lo retiró en el intermedio.

Santi Mina: Tan batallador como torpe con el balón. Falló controles y pases. Arrancando desde la derecha casi no entró en juego y se sintió más cómodo cuando intercambió su posición con Aspas para moverse en punta.

Aspas: Desdibujado. Recibió pocos balones en buenas condiciones y los zagueros del Villarreal supieron desactivar sus arrancadas desde posiciones muy retrasadas. En muchas fases del partido tuvo que bajar a defender a las inmediaciones del área.

Okay (entró por Pape): Su aparición, el cambio de sistema y la sustitución de Cazorla equilibraron el partido. No aportó soluciones con el balón. Según Óscar empezó en el banquillo porque arrastra problemas físicos.

Aidoo (entró por Juan): De los pocos célticos que se anticipó en alguna jugada a los futbolistas del Villarreal. Acabó jugando de lateral. Dubitativo con el esférico en los pies.

Sisto (entró por Rafinha): Desastroso. Dos pérdidas suyas originaron una ocasión en la que Bacca rozó el gol y el tanto de Trigueros. La única vez que generó peligro se resbaló al intentar centrar.

Smolov (entró por Mina): Un pase acertado y otro fallado fue su contribución durante el cuarto de hora que estuvo sobre el césped.

Denis Suárez (entró por Mallo): Intentó asociarse, pero de manera estéril. Su aparición sobre el terreno de juego provocó que el Celta volviera a jugar con una línea de cuatro defensas.