Luis Milla, a AS: "No descarto nada: ni salir, ni renovar..."
El jugador del Tenerife atiende a AS antes de su cita contra el Fuenlabrada, equipo que le catapultó al fútbol profesional y donde guarda muchos amigos.
Luis Milla Manzanares (Madrid, 1994) lleva el fútbol en la sangre. Hijo de Luis Milla, el centrocampista escribe su propia historia en el Tenerife, donde llegó procedente del Fuenlabrada. Su nombre ya suena en algunos equipos de Primera.
¿Cómo se encuentra?
Me encuentro bien, al igual que todo el equipo. El cuerpo técnico le ha dado mucha importancia a la preparación física y, sobre todo, a la nutrición en estas semanas. Nos inculcaron una mentalidad de trabajo muy buena en estas semanas de confinamiento, ‘haz lo que puedas con lo que tengas en casa, pero hazlo’. En particular, muy contento y preparado.
Además, este parón les cortó el gran estado de forma en el que estaban.
Es cierto, pero prefiero que venga un parón estando bien que mal. Sientes menos presión al volver y eso es siempre positivo. Al final, hay que verlo desde la parte amable: venimos haciendo un gran trabajo y nada parece indicar que esa dinámica se vaya a romper, de momento.
¿Obra de Baraja?
Es verdad que hemos cambiado la forma de jugar. Son estilos diferentes. Con López Garai queríamos llevar mucho la iniciativa, nos exponíamos mucho y no llegaban los resultados. Eso nos perjudicó ya que si juegas de esa manera tienes que tener confianza y puntos. Con la llegada de Baraja somos un equipo que defiende mejor y que ataca los espacios de manera notable. Nos vino muy bien el cambio.
A nivel personal, ¿cómo ha influido la llegada del nuevo entrenador?
Estoy teniendo la suerte de contar con la confianza de míster y poder ayudar el equipo. Sólo quiero que eso se mantenga.
¿Esta buena racha ha cambiado los planes y objetivos del equipo?
Si pensáramos en algo que no fuese la permanencia ahora mismo nos equivocaríamos, nos descentraríamos y cometeríamos errores del pasado. Venimos de un año dónde se ha querido aspirar a cosas que, probablemente, no podíamos conseguir en realidad. Estamos bien, es cierto, pero tenemos la salvación como objetivo, al igual que esos equipos que están en mitad de tabla para abajo.
Hablando de rachas, la del Tete era positiva y la del Fuenla todo lo contrario.
Es cierto, pero ahora todos empezamos de cero en una situación nueva: liga corta, sin aficionados, pero con capacidad de reacción. No dejan de ser once partidos, un mundo.
La afición y su asistencia a los estadios está generando mucha controversia, aunque las autoridades competentes ya han dicho que es inviable que vuelva la gente a los estadios, hay algunos presidentes que siguen empeñados en ellos, ¿qué opinas?
Me gustaría que hubiera gente en las gradas, sí, pero siempre cuando se respeten las medidas de seguridad y sanidad y que todos vayamos a la vez. Sería muy injusto para los equipos que no pueden meter afición en sus gradas por mucho que en los otros sólo se pueda el 30%. O todos o ninguno, pero primero con las medidas de sanidad cubiertas.
Vuelves a Fuenlabrada, un lugar especial para ti. ¿Qué siente?
Todo lo que te diga del Fuenlabrada se queda corto. Fue un año y medio de felicidad, de ir a entrenar siempre con una sonrisa. El grupo era espectacular y vivimos momentos mágicos. Además, la apuesta que hicieron por mí, joven y viniendo de una lesión grave, habla del gran club que es. Miguel Melgar, director deportivo, apostó por mí cuando no era ni mucho menos fácil.
Ya en tu etapa de azulón, el Fuenlabrada soñaba con alcanzar el fútbol profesional, ¿imaginaba que algo así podía pasar?
"Todo lo que diga del Fuenla es poco. Fue un año y medio mágico..."
La sensación que yo tenía era que el trabajo que se estaba haciendo era muy bueno a todos los niveles. Algo grande se estaba cocinando. El club tendría su premio en algún momento. Yo me alegré muchísimo cuando ascendieron ya que hay mucha gente a la que aprecio en ese club.
Su salida sentó un precedente en el Fernando Torres en lo referido a las cláusulas de recisión, ¿qué podría contarme de esos días?
Al final lo que pasó es el fútbol y su mercado, nada más. El Tenerife pagó mi cláusula, casi que no hubo negociación, y yo consideré que era una buena oportunidad para dar un salto en mi carrera. Sentí mucha tristeza porque ese club y ese vestuario era una maravilla, pero creía que era el momento de apostar por el Tenerife.
Hablando de salidas, mucho se ha escrito de la tuya en el Tenerife con ofertas de equipos de Primera y Segunda y usted sigue vistiendo su camiseta.
Es cierto que hubo ofertas por mí de Primera e incluso de esta misma categoría, pero el Tenerife consideró que era mejor que siguiera con ellos y ya está. En ese mismo momento, yo vuelvo a poner todas mis energías en ayudar al Tenerife, donde estoy muy contento, a alcanzar sus objetivos.
La posición de su club es dura: cláusula o nada. Sin embargo, su padre ya ha comentado en otros medios que les gustaría que el Tenerife tuviera algún detalle en lo referido al mercado con usted.
Mi padre quiere lo mejor para mí y es normal, yo no sé porqué a la gente le sorprende. Es algo lógico. Al final esperas que, si es algo bueno para ellos y para mí, lleguemos a un acuerdo. Tanto en forma de salida como de renovación. Yo siempre he dicho que estoy muy a gusto aquí y lo mantengo.