"El pisotón a Robben rompió mi acuerdo con el Real Madrid"
El ahora capitán del Palmeiras reconoce que lo tenía hecho con el club blanco, pesándole la agresión al holandés en el Mundial 2010. "Me hubiese gustado jugar en el Real Madrid", apunta.
SEGUNDA PARTE. Tras analizar su paso por el fútbol español y afirmar que hubiese podido jugar con la mejor selección española de la historia, Felipe Melo de Carvalho (1983, Río de Janeiro) reconoce que su pisotón a Robben en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica echó al traste su fichaje con el Real Madrid, en la segunda intentona consecutiva de los blancos por hacerse con sus servicios. Ya había acuerdo entre el Madrid, la Juve y el futbolista, sin materializarse por su fuerte carácter. Aun así, el ahora capitán del Palmeiras no le da demasiadas vueltas a la acción, aplicándose que todo lo que pasa conviene. Esa es la mentalidad de alguien salido de las favelas de Complexo do Alemao.
- La afición del Almería le tiene en gran estima, pero también protagonizó algún que otro episodio por su fuerte carácter como el de Cabrera en un entrenamiento, quedándose sin viajar al Villamarín.
Sí, eso son cosas que pasan. Mire, Cabrera medía 1'95. Me pegó una patada y una hostia, yo le pego otra y él se viene a por mí. Era una bestia, imagínese, un tío de 1'95 que viene a por ti, tienes que defenderte. Yo le pego la primera y se cae como una jirafa. Ya no vino otra vez. Le maté, le maté. Después le pido perdón, hacemos una cena y vino Emery a hablar conmigo y castigarme porque no podía pegar a Cabrera. Le dije 'ya lo sé, pero ese viene a por mí; si no hago nada, me mata'. Y me dijo 'pero no puedes hacer eso'. Entonces ese partido no jugué y en el próximo jugamos fuera contra el Valencia. Ganamos. Marco el gol, voy al banquillo, pego un abrazo a Cabrera y se fue la historia. Ese Cabrera era el tío más simpático que teníamos. Después yo lloraba en casa y decía 'no puede ser que le pegué a Cabrera, que es muy simpático, siempre reíamos...'. Pero, bueno, cosas que pasan con la calentura.
- Hábleme de ese carácter.
Tengo un carácter fuerte. Soy profesional, soy un tío que salí de las peores favelas de Brasil para triunfar, para conquistar gracias a Dios y para hacer una familia, que tengo hoy, muy linda. Dentro del campo me transformo, quiero ganar, no importa cómo. Tengo que ganar. Siempre con honestidad y respeto al adversario, pero quiero ganar. ¿Fuera? Soy un chico que quiere pasar desapercibido. Soy muy divertido, tengo mis amigos, no soy como una bestia dentro del campo, serio. Soy el tío que más ríe del mundo porque en la vida tienes que reír, no puedes ser amargo.
- ¿Cree que sin ese carácter hubiese habido Melo para más rato?
No, no, no, no. Le voy a decir una cosa. Estaba jugando en el Inter, me querían renovar el contrato, pero volví a Brasil porque en Brasil gané cuando era pequeño, cuando el mundo no sabía quién era Felipe. Y tenía el sueño de regresar y ganar el campeonato como Felipe Melo, ayudando como un jugador protagonista. Dejo el Inter y vengo al Palmeiras para ganar, para que la gente me conozca y no se quede con el Felipe de la Juve, de la Fiorentina, del Almería, del Inter, de la selección, del Galatasaray. No, yo quiero hacer historia en un club en Brasil. Todo lo que hice ha sido siempre para mejorar, parte del proceso.
- ¿Le molesta que se hable más de usted por las polémicas que por su juego?
A mí me da igual que digan que soy un tipo duro o fuerte porque al final uno que dice 'Felipe Melo pega sólo patadas' entonces ese no quiere ver la asistencia que pegué a Robinho, que fue una de las asistencias más bonitas de la historia de los Mundiales (risas) [en los cuartos de final]. Uno para hacer una asistencia así tiene que tener calidad, uno para jugar en grandes equipos, incluso en la selección, tiene que tener calidad. Entonces a mí la verdad es que me da igual lo que hable la gente.
- En el Galatasaray incluso fue portero tras lesionarte este. ¿Le gusta el protagonismo?
Sí, fui a portería y paré un penalti (risas). Mire, yo en Almería entré en la selección de los mejores jugadores del campeonato español, creo que junto a Xavi, del Barcelona. En la Fiorentina, lo mismo, mejor del campeonato italiano. En el Galatasaray, lo mismo. En la Confederaciones, lo mismo. Entonces eso se queda conmigo, la historia. Al final pude haber fichado por el Real Madrid, eso me dijo mi agente, cuando estaba en el Mundial. Pero con lo que pasó en cuartos... La expulsión acaba con que no se hace lo del Real Madrid. Pero son cosas que pasaron y que tenían que pasar. Todo lo que ocurrió me ayudó a crecer como hombre, como jugador, como profesional, como padre, como esposo... Agradezco mucho a Dios todo lo que pasó y está pasando en mi vida.
- El efecto mariposa apareció en esa acción con Robben.
Ya teníamos todo acordado en ese momento, teníamos todo acordado. Pero, bueno, pasó y ya está. Me quedé en la Juve y después me fui al Galatasaray. ¡Y mire qué bonito! Allí me convertí en el mejor brasileño del fútbol turco ganando trofeos: ocho en cuatro años. Eso es increíble. ¿Si hubiese jugado en el Real Madrid podría haber hecho historia? Sí, pero quizás no tendría la idolatría que tengo hoy en el Galatasaray, un club que está en mi corazón para siempre.
- ¿Le hubiese gustado jugar en ese Madrid de Mourinho, Cristiano y Kaká?
Jugar en el Madrid le gusta a todo el mundo. Cuando te llama el Madrid o el Barcelona lo tienes que dejar todo y jugar. Son dos equipazos, dos clubs increíbles. Me hubiese gustado jugar en el Real Madrid. Pero jugué en el Inter. Cuando yo estaba en la Fiorentina recuerdo que me llamó el Inter. Yo quería ir al Inter, no a la Juve. Pero al final la Juve pagó la cláusula y fue allí. Y agradezco mucho a la Juve porque conocí el mundo Juventus. Estuvo fenomenal. Para mí está entre los cinco mejores clubs del mundo.
- Hace dos años afirmó que si no hubiese sido futbolista, ahora sería un asesino. ¿De verdad lo cree?
No, no. Cuando hablé eso la gente me malinterpretó. No me refería que iba a ser un asesino disparando a la gente. Yo decía que en la vida que he tenido yo la facilidad para ser un asesino hubiese sido muy grande, como traficante o delincuente. Pero mi padre y mi madre nunca me enseñaron a eso, sino a hacer lo bueno. Por ejemplo, recuerdo que en la favela había gente fumando marihuana, también con la coca... Yo nunca me he metido en cosas así porque mi padre y mi madre me educaron muy buen. Entonces si no hubiese sido jugador de fútbol, no sé qué sería, pero tampoco iba a delinquir. He tenido muchísima facilidad. Pero soy un chico de carácter y muy honesto, incapaz de hacer una cosa así.
- Volvemos a esa rueda de prensa de Santander en la que decía que quería jugar de pivote y se reían. Usted confiaba en sus cualidades y acabó jugando un Mundial. ¿Qué es para un brasileño disputar una Copa del Mundo?
Más que jugar un Mundial, ganar una Confederaciones. Ganar un campeonato con la selección de tu país es muy importante. Eso se queda para la historia. Y después jugar un Mundial... Vamos, tengo muchas fotos y buenos recuerdos. Para un brasileño que sueña con ser futbolista, jugar el Mundial es lo máximo. Es más, estoy seguro de que hablas con cualquier jugador y le dices 'mira, elige ganar la Champions League o jugar un Mundial', te responde '¿pero voy a ganar el Mundial?' y le contestas 'no lo sabemos; o firmas jugar un Mundial, que puedes ganar o perder, o ganar la Champions League'. Y uno firma jugar un Mundial porque estás representando a tu país. Para mí es lo máximo.
- En Sudáfrica es titular en los tres encuentros de grupo, ante Chile no actúa por lesión y es villano ante Holanda, con ese gol en propia puerta y el pisotón, con la posterior expulsión, a Robben cuatro minutos después de que Sneijder remontase.
El gol no fue en propia meta. El único gol en propia meta de Brasil en un Mundial fue el de Marcelo contra Croacia [2014]. Ese gol el árbitro lo dio a Sneijder. Pero, bueno, el pisotón es parte también del proceso. Nosotros teníamos un equipazo, estábamos seguros de pasar. El primer tiempo fue importante, teníamos todo controlado y en cinco minutos nos meten dos goles. En el primer gol, el portero [Julio César], que para mí fue un porterazo, es mi amigo, me pegó un manotazo en la cabeza y 1-1. Después un gol de Sneijder... Me acuerdo que estábamos todos nosotros diciendo 'somos un equipo que no encajamos gol'. Íbamos 2-1 y estaba todo hecho. Se fue. Pasa. Eso puede pasar, en el fútbol pierdes, ganas o empatas. En un cuarto de final de un Mundial o ganas o pierdes, no hay como empatar. Perdimos y ya está, paciencia.
- ¿El empate no fue en propia meta?
No, no, no, no. El primer gol la FIFA lo dio a Sneijder, que fue el que cobró la falta. Yo tengo la pelota controlada en la cabeza, el portero sale, me pega una hostia y no sabemos si el gol es mío o del portero.
- ¿Se arrepiente del pisotón a Robben?
Mire, yo estaba delante de millones de personas. Cuando ves que está todo acabado, se me fue... Pero no me arrepiento de nada. Aunque si me preguntas si mañana hay un partido así si haría lo mismo, te respondo que no porque me sirvió como ejemplo. Jamás lo haría otra vez. Pero es como le digo, es parte del proceso para que Felipe mejorase un poco más como persona, como profesional. Es la vida.
- ¿Por qué relaciona la acción con el no fichaje con el Real Madrid?
Yo qué sé, igual un pisotón para uno del Real Madrid es diferente. No sé, no sé, yo tampoco hablaba con el Real Madrid directamente, sino mi agente. Es agente y amigo, español también [José Rodri], sigue todavía con muchísimos jugadores importantes en el campeonato español. Y me dijo 'no se hace'. Yo no sabía qué hacer, no hablaba, no sabía qué estaba pasando. Pero, bueno, yo estaba en la Juventus, no en un equipo de Tercera División. Si uno juega en la Juventus y el Real Madrid le dice que no, bueno, tú estás en la Juventus. ¡Juega Cristiano Ronaldo, es un club importante!
- Diez años después de aquello ahora juega en el Palmeiras. ¿Qué le falta a la liga brasileña para llegar a estar a la altura de las mejores del mundo?
Mucha pasta, falta pasta. Si los equipos brasileños tuviesen el dinero del Real Madrid o Barcelona, traerían jugadores como Messi, Cristiano Ronaldo, Gareth Bale o Suárez. Faltan jugadores así, los buenos ganan pasta.
- ¿Cuánto fútbol le queda?
No sé, no te puedo decir. Gracias a Dios, nunca he tenido una lesión. Estoy muy bien físicamente. En los dos últimos dos años he jugado 100 partidos, son demasiados. Aquí en Brasil el fútbol no es como en Europa, que juegas 40 partidos, pero coges un vuelo privado tranquilo. Vas a jugar la Champions League o la Copa de la UEFA y vuelves... No, aquí, sales de Río de Janeiro con cuarenta grados y vas a Porto Alegre con menos dos grados, después vas a otra ciudad con muchísimo calor, corres otra vez ocho horas de vuelo para jugar en Argentina o Uruguay la Libertadores... Estoy encantado de jugar aquí, de haber ganado la liga brasileña con el Palmeiras y también he entrado en la selección del campeonato. Como le dije antes, cuando estaba en el Inter tenía el sueño de volver y ganar la liga como pieza importante. Ahora soy capitán del Palmeiras. No sé, creo que queda rato todavía. Me encanta jugar al fútbol y lo voy a seguir haciendo hasta que un día me despierte y piense que no pueda más.