Figo a Gaspart: "Tengo un billete a Madrid y otro a Barcelona..."
El expresidente del Barcelona narra en El Español la intrahistoria de aquel fichaje tan sonado. "Fue un traidor. Me la jugó".
En el verano del 2000, Luis Figo cambió el FC Barcelona por el Real Madrid a cambio de 60 millones de euros escribiendo una página para la historia de una rivalidad centenaria. El portugués, ganador del Balón de Oro, era el mejor jugador de aquella plantilla blaugrana y, de buenas a primeras, se marchó al eterno rival. El primer partido que regresó al Camp Nou es historia de la competición nacional.
En una entrevista con El Español, Joan Gaspart contó como sucedió aquel fichaje y explica todo con detalle y su estilo tan característico. "La noche que fui elegido presidente, el mejor jugador del fútbol español, Luís Figo, se me fue al Real Madrid. Fue una jugada sucia, nocturna y alevosa de mi buen amigo Florentino Pérez. No es empezar con buen pie", comienza para seguir con artillería pesada.
"Figo fue un traidor. Me la jugó. Esa misma noche me llama Figo y me dice: "Juan, tengo dos billetes. Uno que va a Madrid y otro a Barcelona". Le dije: "Te iré a buscar al aeropuerto". Él añadió: "Mi representante ha firmado un documento con el Real Madrid. Si no ficho, debe pagar quinientos millones de pesetas. No voy a dejarle tirado, pero si me garantizas que el Barça paga esa cantidad, me quedo". La jugada de Florentino fue sensacional. Si fichaba a Figo, genial; y si no, tenía quinientos millones para pagar los abonos a todos sus socios. Insistí: le dije a Figo que afrontaríamos esa cantidad. Pero él me pidió que fuera a buscarle con un aval de La Caixa de quinientos millones. ¡Eran las doce de la noche! No podía lograr eso. Le di la garantía del Barça, de que asumiríamos nuestro compromiso. Y él se fue al Real Madrid", añade.
La operación dejó al club sin Figo pero con un dinero notable en caja y a Gaspart no le duelen prendas por reconocer errores en la gestión de ese gran ingreso. "Cometí un gran error. Tras la operación de Figo, todo el mundo supo que teníamos mucho dinero para fichar. Estábamos en agosto. Alguien mínimamente inteligente habría dicho: "A estas alturas no puedo preparar la plantilla, no me puedo hacer responsable". Pero yo llevaba veintidós años de vicepresidente… y me hice responsable. Fiché a Overmars, un gran jugador al que no le salieron las cosas. Mi balance: suerte ninguna y errores todos", sentencia.