Insua: “El gol de Anduva debió ser de Mantovani o Gabriel"
Insua, autor del tanto del ascenso del Leganés hace hoy cuatro años, desvela que el córner que acabó con su gol estaba diseñado para que lo remataran otros.
Leganés tiene tres figuras religiosas. La Virgen de Butarque, San Nicasio y San Pablo Insua. A todos se les atribuyen milagros, aunque de los dos primeros no hay pruebas gráficas. Del tercero sí. Su cabeza santificó, hace hoy cuatro años, el gol que puso a los pepineros en Primera. Un milagro de manual. No ocurrió en territorio leganense, aunque para el caso, dio igual. Porque aquella tarde Anduva entró oficiosamente en el término municipal de Leganés. La responsabilidad, de los casi 1.600 ciudadanos que colonizaron sus gradas. Pero volvamos al milagro. A Insua. A la historia de una casualidad.
Este central cedido por el Depor y autor de cero goles con el Lega hasta el día de los hechos no estaba predestinado para la gloria. “Nadie daba un duro porque yo marcase”, confiesa el ahora defensa del Huesca. Y en verdad que su gol lo tenía que haber hecho otro. Mantovani o Pires eran los elegidos. “No era la primera opción. Se suponía que teníamos que hacerle el aclarado a Martín o Gabriel. Pero Timor sacó el córner, se quedó corto, me cayó y rematé a gol”, desvela.
Tras aquello, la gloria de una hazaña que él, humilde, se la cede a otros. “El partido clave fue el de Oviedo con el penalti parado de Serantes”. ¿Así que el mérito fue de Jon, no de Insua? “Dejémoslo 50-50”, responde entre risas, feliz por aquella gesta y sin negar que le gustaría regresar algún día al Lega. “Donde estuviste bien siempre quieres volver”, añade el día de su efémeride. Hoy, 4 de junio, es San Pablo Insua.
Diga lo primero que se le viene a la cabeza si le digo: “4 de junio de 2016”
(Risas) Pues que deportivamente fue el mejor día de mi vida. Fueron unas emociones increíbles de tensión, porque sentíamos que necesitábamos ganar. Lo de marcar el gol y lo que vino después… pufff… aquello fue inolvidable.
Y lo de antes, la semana previa, ¿qué? ¿Estaban muy asustados?
A ver, estábamos seguros de que lo hacíamos, de que ascendíamos. Para mí el partido clave de todo fue el de Oviedo. La noche anterior estábamos viendo al Nàstic, que si ganaba, nos echaba de los puestos de ascenso directo a la espera de nuestro partido. Y ganaron. Y nos vimos obligados a ganar… y lo del Tartiere fue clave. Desde entonces lo llevamos todo mucho mejor.
Así que lo importante fue la parada de Serantes al penalti de Susaeta y no el gol que marcó usted…
(Risas) Sí, sí, más o menos…
¿Lo dice en serio?
Que sí, que sí. Que el partido de Oviedo, repito, fue el verdaderamente clave. Lo sacamos adelante cuando todo estaba en contra para que perdiéramos.
Se pasa usted de modesto…
Lo vamos a dejar al 50-50. Pero sí…
¿Temió perder en Anduva?
No, porque tuvimos muchas ocasiones y el partido lo tuvimos muy dominado. Lo visualizamos así desde el principio. Salió como queríamos.
Y usted marcó el gol del ascenso, el único que hizo en toda la temporada.
Me lo guardé para el momento clave. Yo, como siempre, marco poco, pero marco goles efectivos.
¿Había pique previo en la plantilla a quién marcaría el gol del ascenso? Usted no entraría en las apuestas…
Pues la verdad es que nadie daba un duro con que marcase yo el gol del ascenso, después de toda la temporada sin marcar. Cachondeo sí que hubo, pero después, la verdad. Era una jugada ensayada en la que la opción primera del remate no era yo…
¡Toma ya!
Sí, sí, busqué yo la posición de remate y marqué, pero no me tocaba…
¿Quién tenía que haberlo marcado?
Bueno… teníamos que hacer unos movimientos para aclarar la posición a Mantovani y Gabriel Pires… pero la pelota vino a mi zona, se quedó corta, y rematé… A ver, que no es que yo no tenía que rematar. Que si me venía, pues yo remataba, pero esa jugada era más para Mantovani y Gabriel.
Vaya… así que ahí la pifió Timor sacando el córner…
(Risas) Más o menos, más o menos. Era meterla en la zona. Se suponía que unos íbamos al primer palo, que nos seguirían la marca y Mantovani y Gabriel entrarían por detrás para rematar libres.
Oiga, con VAR quizá el partido habría terminado en empate. Aridane marcó un gol que le anularon… pero que era legal porque no había fuera de juego.
El recuerdo que tengo de aquello es que pensábamos que era fuera de juego clarísimo. Luego cuando lo vimos en vídeo sí que nos sorprendió. Dijimos ahí ‘Leches… que igual sí debió haber sido gol’. Pero en el momento del partido, creíamos que era súper, súper claro… incluso el Mirandés creo que también lo pensaba. Mira… si hubiera habido VAR habría quedado la duda…
Y de la radio, ¿estuvieron muy pendientes?
No, no. Primero, porque estábamos convencidos de que el Alavés ganaría su partido. Y nosotros sabíamos que, sí o sí, teníamos que ganar. Además, pasó algo curioso. En la jornada previa, en Butarque, empezamos a escuchar ruidos en las gradas y pensábamos que era de la radio, que si ganábamos en nuestra casa estábamos ascendidos y resulta que no era sí… Así que dijimos de no estar pendiente de nada que no fuera el partido…
Han pasado cuatro años y esto es como los delitos: las confesiones ya han prescrito. ¿Hay algo que no haya contado de esa noche?
No, es que no creo que pasara nada fuera de lugar. Una celebración normal. De Miranda a Madrid… todo normal….
No regatee, que usted es defensa. ¿Cuántas cervezas se tomó de camino a Leganés?
(Risas) No me acuerdo bien…
Normal…
Sí que recuerdo que había una nevera llena y no quedó ninguna. Sí… nos bebimos unas cuantas.
¿Mantiene contacto de amistad con alguno de sus compañeros de esa temporada?
Sí, sí. Hablo con muchísimos. Hablo con Serantes mucho, con Omar Ramos también. O con Miramón. En general, con todos. Ha sido el mejor grupo que he tenido jamás. Era súper sano. Humilde, trabajador… Se demostró.
El año siguiente repitió con el Leganés en Primera, ¿pudo quedarse en propiedad antes de fichar por el Schalke?
Formalmente no me dijeron nada… me transmitían que sí, que seguramente quisieran… pero no se formalizó nada, no. Y entonces apareció el Schalke. El Depor apretó mucho para que me fuera con ellos y a mí, sinceramente, también me interesaba porque era una buena propuesta. Se decidió todo muy pronto.
Lástima de tanta lesión…
Sí, todo era espectacular, pero apenas dos meses después de llegar, me puse enfermo y estuve casi toda la temporada de baja, sin entrenar. Al año siguiente me buscaron una cesión y tuve el infortunio de romperme el cruzado… Sí, es el fútbol. Ya está. No hay que mirar para atrás.
¿Se ve con opciones de quedarse en Alemania en el año de contrato que le falta?
No me merece la pena pensar mucho en eso. Tengo que centrarme en ayudar al Huesca en lo que sea posible. Con todo lo que tenemos ahora, no sabemos qué pasará.
En Butarque hay una lona gigante con su foto en el acceso, con el gol del ascenso…
La he visto, sí… para mí es lo que más me llena de orgullo es eso. Que la gente se acuerde de ti. Ya no solo por el gol, sino por el equipo… me enorgullece más que el ascenso claro…
Le veo volviendo algún día a Leganés.
Sí, claro que me gustaría. Siempre lo he dicho muchas veces. Esos años fueron en los que más feliz estuve. En los que mejor me encontré. Era muy feliz. Donde estuviste bien, siempre quieres volver. Está claro que si se diese en un futuro, yo estaría encantado…