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Las Palmas

A la segunda va la vencida

Los refuerzos invernales de Las Palmas afrontan otra oportunidad de ser útiles para Mel. Lesiones, pandemia y factor psicológico jugaron en contra.

A la segunda va la vencida
Carlos Díaz-RecioDiario AS

El mercado invernal y la posterior pandemia que tiene amenazada a la población mundial parecieron gafar sobremanera la segunda mitad de la temporada para la Unión Deportiva Las Palmas. Ocurre que la formación grancanaria se reforzó en dicho zoco con Aridai Cabrera, Fede Varela y Tana, y posteriormente, sin ficha, se incorporó Cristian López. Por motivos diferentes, desde lesiones hasta peticiones de salida o falta de tiempo (a este último solo le dio tiempo a jugar un partido), ninguno de ellos aportó nada significativo al grupo.

Ahora que tanto plantilla como cuerpo técnico se toman el regreso de la temporada de una liga al estilo argentino, en este caso de apenas 11 partidos, tienen ante sí una segunda y gran oportunidad.

Tana.

El habilidoso mediapunta afronta la enésima oportunidad de ganarse el cariño de una afición con la que mantiene su tradicional relación de amor-odio, últimamente más de lo segundo. Estuvo un año cedido en China que de nada le valió. Incluso, cuando se tuvo que incorporar de nuevo a Las Palmas el pasado invierno, le pidió a Pepe Mel una salida del club. Sin embargo, el tesón del entrenador madrileño y la falta de opciones mantuvieron a Tana en Gran Canaria. Antes del parón, apenas tuvo tiempo de jugar seis partidos, tres de ellos como titular, y apenas 314 minutos. Reconoce que volvió de la cuarentena “físicamente al 100%”, y se espera que sea uno de los líderes, como así demanda su talento, de la necesaria reconstrucción de la UD, que tiene el descenso a tan solo tres puntos.

Aridai Cabrera.

La alarmante de necesidad de la Unión Deportiva de generar más juego por la banda convirtieron a Aridai en el blanco perfecto de las necesidades de Pepe Mel. El extremo grancanario se había puesto además a tiro, pues llegó a Las Palmas tras rescindir su contrato con el Mallorca, donde fue uno de los pilares del ascenso a Primera División. De tan demandada como era su presencia, fue titular el día de su debut, contra el Racing y en El Sardinero (1-1) jugando además los 90 minutos. Sin embargo, presa de la inactividad previa, sus músculos se resintieron sobremanera. De momento, víctima de las lesiones, su fichaje no ofrece dividendos: cuatro partidos jugados (tres como titular) y únicamente 223 minutos de juego. Ahora, con el contador a cero, debe ejercer como un revulsivo.

Fede Varela.

El fichaje del centrocampista hispanoargentino se anunció el 1 de enero, y se consumó además tras el especial interés que puso en ello Pepe Mel. Cedido por parte del Leganés hasta el final de la presente temporada, le costó mucho arrancar, pues aterrizó en Gran Canaria habiendo acumulado únicamente 58 minutos de juego este curso, ante el Andorra y en la Copa del Rey. Acuciado también por los problemas físicos, maldición que de una manera u otra ha salpicado a todos los jugadores de Las Palmas, se le intuyeron poco más que destellos en los siete partidos, tres como titular, y 323 minutos que ha podido acumular. Destellos como un gol en Santo Domingo, el 22 de febrero, en aquel 1-1 contra el Alcorcón. Sus aptitudes para un juego de asociación efectivo en tres cuartos de campo, algo inexistente de momento en el equipo amarillo, han de resultar decisivas. Socios tiene de sobra: Pedri, Tana, Galarreta…

Cristian López.

Las Palmas anunció este sorprendente fichaje el 29 de febrero. Llegaba López al encontrarse sin equipo, siendo su último destino el Hatta Club, de los Emiratos Árabes. Ya por entonces había rumores de pandemia y de suspensión de LaLiga, pero nada era oficial, acaso todo el deporte profesional regado de incertidumbre. Su debut con Las Palmas no pudo ser más amargo, pues tuvo lugar en aquel doloroso 4-0 ante el Sporting de Gijón. Seis días después, Pedro Sánchez anunció la petición del primer decreto del estado de alarma, y entonces se truncó su temporada como amarillo. Una vez se confirme el regreso, debe contribuir a mejorar las pobres estadísticas ofensivas amarillas, en dura pugna con Rubén Castro y Juanjo Narváez por ser la punta de lanza del equipo. A su favor juega que es el único delantero puro junto al propio Rubén.