Cuéllar cumple años consolidado como veterano líder del Leganés
A sus 36 años, es el octavo jugador de LaLiga por edad y el portero pepinero que más partidos ha jugado en la élite (85). En el vestuario es referencia y capitán clave.
Iván, el 'Pichu', Cuéllar cumple años. Son 35, por ser precisos. Efeméride que el arquero extremeño, octavo jugador más veterano de LaLiga y segundo portero de más edad (sólo le supera Diego López) solía pasar con los suyos. Con su familia. Ahora le toca pasarla entrenando. En doble sesión, para más inri, pero también con su familia. Su otra familia. La que tiene en el vestuario del Leganés en el que ha hecho historia pepinera.
No hay otro portero que sume tantos partidos como él en la élite vistiendo el escudo del laurel: 85 en concreto. Tampoco ninguno que haya aglutinado al vestuario en Primera a su alrededor como lo hace él, esta temporada portador de uno de los cuatro brazaletes de capitán y hombre cuya voz retumba en el cambiador pepinero con una fuerza especial.
El librillo proletario
Cuentan los que le tratan a diario que, de puertas para adentro, Cuéllar se hace respetar por los suyos en un modo casi proletario por aquello de insistir en la defensa del compañero con obcecación. También se empeña en proteger a los que nos son sus compañeros, pero juegan de su lado. A saber, utilleros, fisios, empleados del club...
Virtud que él mismo trató de dejar clara apenas se puso el escudo pepinero y un micrófono asomo en el horizonte de su boca. "Yo no vengo aquí a competir con mis compañeros, vengo a ayudarles y que me ayuden a crecer", dijo el día de su presentación con el Lega cuando le preguntaron por el puesto que, entonces, tendría que defender con Serantes y Champagne.
Un año después sus compañeros le eligieron para ser capitán de Leganés. De hecho, la primera pretemporada con Pellegrino al mando se estrenó con él, con Pichu, luciendo el brazalete. Pese a ello, ese curso fueron otros los que sucedieron a Mantovani como líderes del Leganés. A saber: Szymanowski, Bustinza, Rubén Pérez y Serantes. Cambio de planes en un verano anómalo y agitado. Ante la negativa del Leganés a renovarlo, el portero pidió salir al Valladolid, pero en Butarque no le abrieron la puerta.
Del adiós zanjado, a la renovación y el infortunio
Pellegrino se aferró al extremeño para que fuera su portero y ante la negativa a venderlo, el guardameta pasó tiempos complicados y frustrantes que acabaron con su fichaje por el Valladolid. O amago de fichaje, mejor dicho. El guardameta llegó a un acuerdo en enero de 2019 con los pucelanos para ser su guardameta más allá del 30 de junio siempre y cuando no renovara con el Lega. Parecía imposible que firmara su ampliación de contrato. Pero lo hizo.
Acuerdo por dos temporadas al que le restan las once jornadas restantes del curso vigente para zanjar la primera de ellas. Una campaña más difícil que ninguna que empezó con un absceso hepático amebiano que bien pudo amenazar su vida (literal) y continuó con algún que otro problema de lesiones añadido al inicio de campeonato.
Sin Cuéllar, el equipo echó en falta su referencia en la portería y también un líder más en el campo. Su retorno se notó y empezó a contribuir en una escalada que, con Aguirre en el banquillo, aún el equipo ve factible con él, con Pichu, a la cabeza de la cofradía pepinera que cree en la salvación por encima de todas las cosas.