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ATLÉTICO

1.069 días del adiós del Calderón

Se cumplen tres años del último partido oficial del Atlético en su viejo estadio, el que jugó ante el Athletic el 21 de mayo de 2017. Hoy es apenas una raspa de hormigón.

Madrid
Panorámica general del Calderón en el Atletico-Athletic de su despedida.
JAVIER GANDULDIARIO AS

Hoy, 1.069 días después, el viejo campo es apenas una raspa de hormigón, demolido roca a roca por la grúa, durante un año, sólo la mitad de la grada sobre la M-30 en pie, pero en este mundo en espera del regreso de la competición todo son efemérides, y la del 21 de mayo está grabada a fuego en la memoria rojiblanca: la fecha del último partido oficial del Atlético en el Calderón, ante el Athletic. A estas horas todo se ya había terminado, los 51 años de historia del viejo campo, el Wanda Metropolitano estaba a punto de terminarse al otro lado de M-40 como una caja vacía que llenar de recuerdos, en la orilla del Manzanares la vida se terminaba. Y no pudo hacerlo de manera mejor. Con su Niño haciendo historia

Porque en ese partido donde lo que menos importaba era el resultado, el Atlético ya no se jugaba nada, salvo un cierre a la altura de tanto, y no podía brindárselo otro jugador que aquel que lo levantó en los años más oscuros, los de Segunda. Fernando Torres marcaría un doblete que terminaría por redondear Correa, mientras que Williams marcaría el gol del honor para el Athletic. Para celebrar se abrazaría a Gabi, a Godín, a Koke, a Tiago que en esa parte también se iba

Estado del Calderón en abril de 2020.
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Estado del Calderón en abril de 2020.JUAN MEDINAREUTERS

Pedraza, último goleador

El partido fue el último partido en el que las palabras Atlético y oficial se unían, aunque aún quedarían dos más. La final de Copa del Rey entre Barcelona y Sevilla sería una semana después el último oficial y el de las leyendas rojiblancas el último de verdad del Atlético, la despedida final, con Pedraza como último goleador de la historia del viejo campo. Hoy a su alrededor, entre la grúa y el polvo, tres años después las huellas de lo que alli se vivió se llena de polvo entre carteles de Se Vende, Se Traspasa. Lo que queda de él ya son sólo recuerdos.