El Espanyol se pone a prueba para jugar en pleno verano
La plantilla se ejercitó este jueves a temperaturas que merodean los 30 grados, similares a las que se encontrará si finalmente se reanuda LaLiga.
Tras la doble sesión del miércoles, de mañana y tarde, el primer equipo del Espanyol tenía planificado para este jueves un único entrenamiento, por grupos igual que el resto de la semana, y a partir de las 9:15 de la mañana. A priori, un alivio para unos jugadores que suman una enorme exigencia en sus piernas, con diez sesiones en otros tantos días. Pero no.
Las elevadas temperaturas con las que amanecía Barcelona podrían haber convertido las tandas de entrenamientos en un involuntario simulacro de lo que puede encontrarse el Espanyol (y el resto de los equipos) si finalmente se reanuda LaLiga, ya que deberán jugar en pleno verano ya no solo en Cornellà-El Prat –donde la humedad aprieta-, sino en escenarios como el Benito Villamarín, en Sevilla.
Bajo unos 30 grados y un poderoso sol se entrenaron los jugadores pericos, quienes recurrieron a la sombra y para refrescarse al agua, tanto a los botellines como a la desprendida de los aspersores, tal como quedaba latente en algunas de las imágenes facilitadas por el club desde el búnker de la Ciudad Deportiva Dani Jarque.