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Aguirre alimenta el sueño de Iván López, el canterano más pepinero

El capitán del Leganés B es el blanquiazul en activo que más tiempo lleva luciendo el escudo del laurel. Llegó con 7 años. Ahora completará la plantilla del Leganés para la reanudación.

Aguirre alimenta el sueño de Iván López, el canterano más pepinero
JUAN AGUADODIARIO AS

Del barrio de El Carrascal al primer equipo del Leganés. Aunque sea sólo para los entrenamientos post COVID-19 y aumentar, por si acaso, la plantilla que jugará la reanudación. Da igual. Para Iván López, capitán del Leganés B (21 años), es una hazaña. Un sueño. Amamantado en las inferiores pepineras desde los 7 años, es el futbolista que más tiempo lleva en la entidad. Ahora Aguirre lo ha llamado, junto cinco compañeros del filial, a formar parte del grupo que trabaja en la actual fase 2. Lo hará junto a los hombres del primer equipo a los que alienta en la grada de animación en Butarque. Allí es un fijo. Allí soñaba con un debut que ahora está más cerca que nunca.

Su caso es especial. El de un chaval de barrio con la única ilusión de jugar algún día en el equipo de su ciudad. En su generación no es lo normal. De la pandilla los había que respiraban en merengue, blaugrana o rojiblanco. Para Iván (Ivi en la intimidad) el oxígeno sólo es blanquiazul. Lo demostró en noviembre, cuando Aguirre se lo llevó a Anoeta convocado para el primer duelo del Vasco entrenando al Lega. "Para mí el hecho de subir a entrenar con el primer equipo ya es una sensación única. Mi convocatoria contra la Real Sociedad es el mejor recuerdo que tengo en estos años que llevo en el fútbol", admitió a los medios del club. Antes, en octubre, se dio el gustazo de disputar un amistoso contra el Atlético B. A aquel partido corresponde la imagen que acompaña este texto.

Del benjamín a pedir que fuera premio Puskas

Su primera vez con el escudo del laurel fue en benjamines. Diestro y brioso, jugaba con el 8 a la espalda y unas piernas que parecían de alambre. A esas edades, todas lo parecen. Con el paso de los años, sin embargo, sus compañeros fueron ganando una musculatura que a él le faltaba. "Nunca destacó por su físico", comienza la radiografía de su carrera José María Rico, ex entrenador del Leganés B y un hombre clave en la carrera de Iván. Él lo descubrió siendo responsable de cantera y él lo asentó como un fijo en el filial blanquiazul.

"Casi siempre jugaba en los equipos B de cada categoría, y aunque algunos te decían que no tenía cuerpo, nosotros siempre le dimos confianza para seguir avanzando porque queríamos premiar su talento", insiste Rico.

Fue así como, año tras año, Iván escaló  hasta que en 2017-2018 dio el salto al filial en condiciones complejas. Al ser aun juvenil, se le hizo ficha del Leganés C que entrenaba Jorge Broto, actual responsable de cantera. Iván no tuvo, inicialmente, hueco con el B. Le tocó remar en un tercer equipo pepinero de corte semi-amateur con el que, eso sí, se convirtió en fenómeno viral. Marcó un gol de leyenda (ruleta incluida) que saltó de la red a las televisiones, y de ahí a las peticiones para que fuera nominado al premio Puskas de la FIFA al mejor gol del año.

No lo logró... pero sí puso la semilla para contar en el tramo final de temporada con el Tercera División. Tanto, que al curso siguiente, en la 2018-2019, se consolidó como un fijo. "Iván suple cualquier debilidad con una gran competitividad y el amor por el Leganés. Es un líder invisible", concluye su análisis Rico.

La grada de animación y su abuelo

"Iván es un personaje", añade al perfil desde entorno, ése que se parte de risa con los directos de Instagram que monta junto a su hermano o que alguna vez se ha visto arrastrado a acompañarlo a la grada de animación, donde alienta a los que hoy son sus compañeros, muchas veces junto a otros chicos del filial.

Cuando a él le toca en el verde, ese rol de fan incondicional lo ejerce su abuelo Jesús, el padre de su madre, de Olga. Él es su fan número 1. No se pierde ni un partido en una admiración mutua que Ivi luce con orgullo. El mismo que le brilla en los ojos al propio Jesús cuando escucha a Rodri Tarín deshacerse en elogios hacia su nieto o cuando recibe los aplausos de esa grada en la que no se pierde ni un partido. Si ahora debuta con los mayores, hará excepción a la norma. El COVID-19 pintará gradas vacías. A Iván no le importará si el premio es jugar en Primera con el equipo de sus sueños. El Leganés.