Un año sin el 'indio' Juanfran
El 18 de mayo de hace un año jugó su último partido con el Atlético. Dejó atrás 355 partidos y siete títulos. "Vino un vikingo y se fue un indio". Tiene las puertas abiertas para su regreso.
El 18 de mayo del año pasado Juanfran disputó su último partido con la camiseta del Atlético y puso punto y final a su aventura en el conjunto rojiblanco. Ese día el equipo de Simeone empató a dos ante el Levante tirando de orgullo y remontando un 2-0 con diez jugadores. El canterano Camello empató un partido en el que Juanfran terminó besándose la camiseta del Atlético (de la temporada 91-92) delante de los seguidores rojblancos que habían acudido a Valencia. Acabó entre lágrimas delante de los que habían sido sus aficionados.
La historia de Juanfran en el Atlético fue la de superación y creer en uno mismo hasta el final. Juanfran, con pasado madridista, se convirtió en un ídolo de una hinchada que le terminó adorando. Llegó en enero de 2011 procedente de Osasuna y ocho temporadas y media más tarde se despidió del que había sido su equipo del alma. Extremo reconvertido en lateral, en este puesto se hizo insustituible en el Atlético.
Juanfran jugó 355 partidos con la camiseta del Atlético y es el jugador número 16 que más encuentros ha jugado con el equipo rojiblanco. Ganó siete títulos (una Liga, una Copa, una Supercopa de España, dos Europa League y dos Supercopas de Europa). Posiblemente poco podía imaginar cuando llegó al club madrileño que se iba a convertir en una leyenda del mismo y que atesoraría estos números tan importantes.
El Atlético, al igual que hizo con otros jugadores importantes en estos útimos años, le rindió un merecido homenaje. "Vino un vikingo y se va un indio", señaló emocionado delante de los que habían sido sus compañeros, los Koke, Godín, Saúl, Gabi, Tiago, Raúl García... "Es un honor que me consideren una leyenda de este club y es increíble que la gente piense que soy uno de ellos".
Se ha cumplido un año de ese último encuentro de Juanfran con la camiseta del Atlético y nadie sabe lo que puede pasar en un futuro inmediato. Querido por la afición, respetado y admirado por sus compañeros, también es una persona que dejó un gran cariño en las oficinas del Wanda Metroopolitano, por lo que tiene abiertas las puertas para un posible regreso cuando lo considere oportuno y crea que esté listo para ello.