Adriano: "El gol al Madrid dicen que fue a 170 km/h"
El exjugador brasileño del Inter de Milán contó en una carta al Inter anécdotas sobre sus inicios, la rivalidad con el Milán, la muerte de su padre o su disparo ante el club blanco.

La web del Inter de Milán está sacando durante la cuarentena cartas escritas por personalidades del club para entretener a sus aficionados y en este caso le ha tocado el turno a uno de los ídolos de los últimos años: Adriano. El jugador brasileño lo tenía todo para ser uno de los mejores del mundo, pero el reinado del 'Emperador' duró poco y su estilo de vida hizo que poco a poco el fútbol se fuera perdiendo a un jugador con un gran talento. Adriano cuenta en su carta anécdotas sobre sus inicios, sobre el Real Madrid, sobre el cariño que le dio el club italiano tras la muerte de su padre y sobre su rivalidad con el Milán.
Su madre mintió para inscribirle en el Flamengo
"Ya estaba jugando en el Flamengo, pese a que debería estar realmente en el juvenil. Recuerdo días largos y duros, con mi madre, Rosilda, en el hospital. Yo estaba en casa con la abuela Wanda. Trataba de ser útil y de vez en cuando me ponía en la esquina de la calle para pulir zapatos a cambio de dinero. Iba a la escuela y a entrenar. El día que mi padre, Almir, regresó a casa fue uno de los más felices de toda mi vida. ¿Conoces mi disparo? ¿Es muy potente? Allí lo entrené desde niño. Rompí puertas y varios objetos. Mi madre estaba desesperada. Por esa razón me llevó al Flamengo. Sin embargo, había que pagar las cuotas y papá sabía que no teníamos dinero. Mi madre, sin embargo, no quería negarme ese sueño y dijo que nuestra tía nos ayudaría a pagar la matrícula. Una mentira para un buen propósito. Se cubrió de trabajo extra y empezó a vender dulces en la calle. Es difícil nacer y crecer en una favela e imaginar un futuro brillante. También es difícil solar, pero mi madre, mi padre y mis abuelos siempre me han mostrado el lado positivo. Me permitieron concentrarme en el fútbol".
Su recuerdo más bonito, el del gol al Real Madrid
"El comienzo fue un suelo, y aún hoy, entre mil partidos y momentos, el recuerdo más hermoso, el que más me importa, fue mi viaje a Madrid. Salí en el Bernabéu el 14 de agosto de 2001 con la camiseta del Inter y el Real Madrid enfrente. Eso podría haber sido suficiente. Y en cambio, salí al campo sin pensar en nada, como si jugase en el campo de tierra de Vila Cruzeiro. Regates, caños... tuve éxito en todo. Después me hicieron una falta y en el banquillo me invitaron a tirarla. ¿Recordáis que entrenaba el disparo en casa y que mi madre enloquecía. Aquí se lo mostré al mundo. Dicen que fue a 170 kilómetros por hora (algo que no parece probable, ya que el Record Guinness lo posee un español que disparó a 129 km/h en 2001)".

El Inter le ayudó cuando murió su padre
"La muerte de mi padre dejó un vacío insalvable en mi vida. Es curioso que una ciudad como Suiza me devolviera algo de luz en unos días terribles. Volví a Europa y jugué un Basilea-Inter. No imaginas mi estado de ánimo. Gano un balón, me voy de dos hombres, intentan derribarme, incluso paso al portero y tiro a la derecha. Puse toda la energía que tenía para dedicarle ese gol a mi padre y aún recuerdo los abrazos de mis compañeros. El Inter estuvo cerca de mí en los momentos más difíciles de mi vida. Moratti fue un padre para mí. Zanetti y los demás también. Estoy muy agradecido y eso lo llevaré siempre conmigo".
La rivalidad con el Milán
"Emperador. Al principio no pensé que estuvieran enfadados conmigo cuando me llamaron así. Fue bonito descubrir poco a poco el afecto de todas las personas del Inter. En Milán siempre me sentí como en casa. Inmediatamente me convertí en un verdadero jugador del Inter. Mi 3-2 en el derbi en el último minuto lo avala. Mi último gol con el Inter fue en el derbi, por supuesto".
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