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Las Palmas

Néstor Doreste: "La fundación de Las Palmas fue una extraordinaria prueba de amor"

Dentro de un mes cumple 70 años como socio de la UD. "Es imposible arrancarme del corazón el amor por el club", dice pese a sus duras críticas a MÁR.

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Néstor Doreste: "La fundación de Las Palmas fue una extraordinaria prueba de amor"
Diario AS

Sin él saberlo, un día le dijeron, desde el Consejo de Administración de la Unión Deportiva Las Palmas, que era el socio vivo de más edad del club. Lleva, en cualquier caso, 69 años y 11 meses unido al club de su vida, separándole apenas 30 días desde que tuvo su primer carnet de socio. 70 años. Casi nada. Cerebro y aspecto privilegiado propio de quien siempre se cuidó, Néstor Doreste celebra por adelantado tan magnífica efeméride en Diario AS. Compara a Germán Dévora con la mejor orquesta del mundo interpretando a Beethoven y se pone serio a la hora de hablar de Miguel Ángel Ramírez. "Es un hombre al que le falta simpatía. No es nada cercano y carece de atractivo, y si a eso le unimos una falta de educación básica alarmante y una prepotencia abrumadora, se comprende perfectamente el rechazo que ocasiona". Pero, por encima de todo, la conversación estrá perfumada de amor incondicional a "un símbolo externo de la identidad grancanaria".

Tiene usted más edad que la propia Unión Deportiva, y dentro de un mes cumplirá 70 años como socio del club. ¿Cómo podría explicar una fidelidad tan grande a un club de fútbol?

Yo viví de pequeño la Fundación, con apenas 10 años, y lo que es más importante: muy de cerca por la presencia de mi padre. Tenía la edad justa para considerar mis héroes a aquellos jugadores que empezaban en el club.

Su padre fue, además, una de las personas esenciales para la fundación de la UD. ¿Por qué?

Se integró en lo que se llamó la “Ponencia Fundacional” como uno de los representantes del Marino CF, del que era tesorero. Fue uno de los fundadores y así consta en su carnet, que tenía el nº 11, numeración que fue decidida por sorteo entre todos los componentes.

En su día, esta fundación supuso una revolución por la cantidad de clubes implicados, cinco, y que además eran rivales enconados, ¿no?

Fue una extraordinaria prueba de amor. Cinco equipos, rivales entre sí, se desprendieron de su propia identidad para constituir un nuevo equipo. Ese origen no lo tiene ningún equipo del mundo. Esa prueba de solidaridad es enorme y creo que poco reconocida por los aficionados en lo que se refiere al amor que desprende esa magnífica unión.

¿Cuáles son sus primeros recuerdos relacionados con el fútbol y Las Palmas?

Mis primeros recuerdos se remontan al campo del Marino, que después fue llamado Estadio Insular, que era de tierra, donde mi padre me llevaba, junto con mi hermana Feluca, a todos los partidos que jugaba el Marino CF. Cuando llegó la Unión Deportiva Las Palmas, el "equipo único" como empezó llamándolo el aficionado, tampoco dejamos de ir a ver los partidos, desde aquella célebre liguilla hasta hoy, en el Estadio de Gran Canaria.

¿Qué supuso en su día para Gran Canaria la construcción de un recinto como el Estadio Insular? ¿Tanta magia tenía ese lugar?

El presidente del Marino, don Eufemiano Fuentes, era propietario de los terrenos y, en vista del auge que estaba teniendo el fútbol en nuestra ciudad, decidió construir un estado moderno que sustituyera al ya desvencijado Pepe Gonçálves del Puerto de la Luz. Lo que se llamó la magia del Estadio Insular se debía a nuestra afición y a la cercanía del aficionado con el terreno de juego. Aquel "crujir" continuo de gritos y aplausos amedrentaban al equipo contrario. Aquella afición llegó a ganar partidos, cosa que no ocurre en el mal proyectado Estadio de Gran Canaria, donde el rugir del aficionado pierde intensidad antes de llegar al jugador.

¿Le gustó el cambio al Estadio de Gran Canaria?

A la mayoría de los aficionados nos hubiese gustado que se ampliara el Estadio Insular, cosa que era posible sin causar destrozos en el entrono. Yo llegué a ver un anteproyecto de dos arquitectos muy conocidos en el que se proyectó un estadio para 30.000 personas muy cómodo. Aprovechando el ancho de las aceras, una hermosa estructura metálica sostenía el graderío y debajo del terreno, que son 6.000 metros cuadrados, se hacían varias plantas de aparcamientos. El actual estadio fue encargado por políticos no aficionados al fútbol, que desconocían la nobleza de la historia de nuestro equipo y pusieron el diseño en manos de personas desconocidas que, sin quererlo, enterraron para siempre parte de la historia del club. No me gustó nada el actual estadio. Cuando en todo el mundo se aprovecha de esa circunstancia para hacer un estadio espectacular, aquí, gracias a la mediocridad de la clase política, se fabricó un recinto inadecuado y con pocos argumentos arquitectónicos.

Usted gozó en primera línea de la mejor generación de jugadores que dio esta tierra. Hace poco nos dejó Mamé León y hace mucho, Tonono o Guedes. ¿Qué siente cuando recuerda a este grupo de futbolistas? ¿Tanto hacían disfrutar?

Es injusto centrar nuestra historia sólo en Germán, Tonono y Guedes. Que duda cabe que fueron tres futbolistas grancanarios de un altísimo nivel, pero también existieron otros jugadores de gran valía. No podemos olvidarnos de Molowny, Alfonso Silva, Mugica, Rosendo Hernández, Torres, Naranjo, Beltrán, Valerón, etc, etc. Por nuestro equipo han pasado jugadores de una enorme talla futbolística. Lo que pasa es que, cuando estaban aquellos tres, el fútbol que se practicaba era el genuino fútbol grancanario de toque, que asombraba a todas las aficiones. Germán era especial, desde que era juvenil ya se veía que allí había madera de "un grande". Propietario de una clase enorme y de una inteligencia no habitual que le hacía leer el partido perfectamente. Verlo jugar era equiparable a escuchar a la mejor orquesta sinfónica del mundo interpretando a Beethoven. Lo que hacia Germán en el campo era puro arte.

¿Y si le pido que elija a un entrenador?

Son, pero Pierre Sinibaldi, Miguel Muñoz y Luís Molowny fueron determinantes.

A mediados de la primera década del siglo XXI, la UD no desapareció de milagro. ¿Llegó a creer que se acababa todo?

Nunca pensé que el equipo desaparecería y confié en que algún empresario recuperara esa parte de la historia del equipo que se escribe con la letras de la palabra amor. Y así fue, afortunadamente. Mi corazón, de forma involuntaria, no entendía mi vida sin la UD Las Palmas. Aquellos recuerdos infantiles se removían en mi interior impidiendo que pensara en la desaparición del equipo.

Al recibir el diploma que acreditaba su condición de socio de Las Palmas durante más de 50 años, tuvo un encontronazo con el presidente, Miguel Ángel Ramírez. ¿Se siente bien tratado por el club? Amplío la pregunta: ¿Cómo cree que tratan los despachos de la UD a su gente: socios, simpatizantes...? La calidad del fútbol baja, pero los abonos suben.

Hay que reconocer que el actual presidente, Miguel Ángel Ramírez, es un hombre al que le falta simpatía. No es nada cercano y carece de atractivo, y si a eso le unimos una falta de educación básica alarmante y una prepotencia abrumadora, se comprende perfectamente el rechazo que ocasiona. Esa falta de educación básica ocasiona que la gestión del club, desde el punto de vista del cariño hacía el aficionado, sea completamente nula. No se dan cuenta del fallo porque esa falta de educación se lo impide ver. Las normas sociales, por llamarlas así, no existen en el seno del club. El desencuentro entre la afición y Las Palmas se ve a la legua. El presidente ha sido rechazado por las peñas en varias ocasiones a pesar de su eterna sonrisa mediática que no engaña a nadie. En muchas declaraciones ha dejado claro que el equipo es suyo, que es el dueño, que es el que hace y deshace, y ese mensaje prepotente el aficionado lo rechaza.

Antes hablamos de futbolistas y entrenadores y ahora, de presidentes. ¿Con cuál se quedaría? El actual, MÁR, cumplirá este verano 15 años en el cargo. ¿Cómo valora estos tres lustros de Las Palmas con él al mando?

El mejor presidente que ha tenido el club en su historia fue don Juan Trujillo Febles. Supo ganarse al aficionado y supo, con su equipo de directivos, traer entrenadores buenos y crear equipos ilusionantes, manteniendo la cuestión económica al día. No podemos olvidar que la presencia de don Jesús García Panasco, como secretario general, fue fundamental para que el equipo tuviese la categoría de equipo "señor", cosa que hoy es inalcanzable. Aquella educación básica a la que hacía mención es muy necesaria si se quiere ser respetado. Los 15 años de Ramírez al frente del club se pueden calificar de fracaso rotundo. Sólo tres años en Primera División y los otros 12 deambulando por ahí. Fracaso total. Hay que agradecerle la salvación del club que se logró, también, gracias al juez Cobo Plana, pero a partir de ahí su gestión ha sido nefasta.

Hablaba también usted de que su apego por Las Palmas, que no el amor y cariño, parece estar menguando. ¿Por qué?

Mi amor al club no está menguando porque eso es imposible arrancarlo de mi corazón. Lo que pasa es que la incomodidad que supone ir al Estadio Gran Canaria para los que no tenemos coche, unido al desapego que provoca Ramírez con su actitud prepotente de único dueño, hace que, involuntariamente, se produzca un rechazo, no hacia los colores azul y amarillo, eso nunca, sino al hecho de tenerme que sentar cerca de alguien que quiere quitarme lo que es mío y de los aficionados. Ramírez es sólo el dueño de las acciones pero no del club, como él dice.

Son tiempos de cuarentena y encierro, aunque parece que empezamos a ver la luz. ¿Cree que la liga debe reanudarse? ¿En qué condiciones?

Pienso que debe reanudarse a partir del día en que se interrumpió y retrasar un poco el inicio de la siguiente que, junto con jugar más partidos los miércoles, ayudaría a recuperar el tiempo perdido.

Si tuviera que quedarse con el mejor y el peor momento de la Unión Deportiva serían...

El mejor momento, el ascenso a primera División por primera ante el Málaga en el año 1.951, que ganamos en casa por 4 a 1. El peor recuerdo que tengo fue el descenso a Segunda División, después de 19 años en Primara, cuando perdimos en casa ante el Athletic de Bilbao por 5 a 1, que se declaró campeón.

Para acabar, una última pregunta mirando al pasado. ¿Qué le contaría sobre Las Palmas el Néstor de ahora, de 80 años, al Néstor que se hizo socio de Las Palmas con 10 años?

Yo le diría a aquel Néstor de 10 años que no deje de mirar hacia la historia de nuestro club cada vez que se sienta desanimado. Ese enorme amor que hubo entre las cinco aficiones debe estar presente siempre en nuestro corazón para comprender que hoy la UD Las Palmas es un símbolo externo de la identidad grancanaria, y eso nos ayuda a tener más conciencia de pertenencia a nuestro pueblo canario.