Carboni: "Teníamos al Piojo que siempre se lucía ante el Barça"
Hoy se cumplen 20 años del 4-1 al Barcelona, en semifinales de la Champions de 2000. El eterno lateral recuerda aquel enfrentamiento con AS.
Amedeo Carboni (Arezzo, 1965) era uno de los hombres fuertes del Valencia de Héctor Cúper que alcanzó por primera vez en la historia, la final de la Champions. En el camino eliminaron a varios grandes. Entre ellos, el Barcelona de Van Gaal, que cayó 4-1 en Mestalla. Fue el 2 de mayo de 2000, hoy hace 20 años. El italiano recuerda con AS, desde su confinamiento, aquel día en que Mestalla fue muy feliz.
-¿Cómo está viviendo el confinamiento?
-La verdad es que viendo el panorama que hay en todo el mundo, no nos podemos quejar. Toca estar encerrado en casa y cuando uno tiene salud, es lo más importante.
-¿Qué es de su vida?
-Vivo en Barcelona. Hace ya años tengo una empresa de Branding, valenciana, que se llama Molcaworld. Hemos trabajado prácticamente con todos los estadios de España: Mestalla, el Wanda Metropolitano, el Pizjuán, la Rosaleda… Ahora nos estamos expandiendo no sólo en Europa sino en América Latina…
-2 de mayo de 2000. Ya hace 20 años de aquel Valencia-Barcelona, de Champions…
-¡Vaya semifinal! Un recuerdo muy bonito. Era nuestra primera Champions después de mucho tiempo. Y estábamos muy cerca de la final. Era contra un equipo español, el 'Súper Barcelona'. Haber llegado allí, con toda la felicidad que tenía la gente, ya era mucho. Me acuerdo la semana del partido, la gente que había en Paterna. Casi estabas más tiempo firmando autógrafos que lo que duraba el entrenamiento. Fue una diversión impresionante para la afición. La gente disfrutó más que nosotros.
-Llegaban de ganar 5-2 al Lazio en cuartos…
-El Lazio era el equipo a batir. Un superequipo mundial, no por la experiencia en Champions como equipo pero sí de jugadores impresionantes, de nivel mundial. Y les metimos cinco en cuartos. Y para un romanista como yo… Le confieso que yo aquel partido lo jugué con la camiseta de la Roma debajo de la del Valencia (risas).
-¿Aquel Valencia jugaba de memoria?
-Era un Valencia que sabía cómo jugaba. Nunca cambiábamos nuestra actitud contra ningún equipo. En casa quizás atacábamos más pero nuestra actitud siempre era jugar al contragolpe. Teníamos mucha fuerza, arriba gente rápida y en el centro del campo gente con calidad. Porque cuando uno corre arriba hay que ponerle la pelota por delante, con calidad. Luego, era una mezcla de gente joven y gente mayor. El adjetivo que identificaba más aquel equipo era 'competitivo'.
-¿Cómo fue el partido?
-Entonces se pensaba que jugar el partido de ida en casa era más difícil. Con el tiempo, yo creo que se ha demostrado que es al revés. Hoy los equipos siempre quieren marcar fuera de casa. Aquel partido fue de mucha tensión. Marcó Angulo al principio. Nosotros, por suerte, teníamos al Piojo, que contra el Barcelona siempre se lucía.
-¿Qué pasó en el minuto 92 de aquel partido, ya con 3-1?
-Fue una acción muy bonita mía por la banda izquierda, con un caño a Simao y un pase atrás al Piojo que marcó el cuarto. Yo pensaba que sería el minuto 85 o así ¿Fue el 92'? Fíjate. Yo creo que este gol nos dio la seguridad. Después del 4-1, aunque tuviéramos que ir al Camp Nou, yo estaba seguro que íbamos a pasar.
-Para un lateral, italiano, con 3-1 en el 92' en la ida, lo normal es no pasar del medio campo. Y usted se lanzó a por Simao, le tiró un caño y dio el pase de gol. ¿Qué se le pasó por la cabeza en aquel momento?
-(ríe) La verdad es que yo, para ser lateral, me gustaba tirar el caño, porque nadie se lo esperaba. Tuve la convicción y la competitividad de jugar hasta el último segundo. Siempre se decía de este equipo que si se adelantaba, era muy difícil remontarle. Éramos un equipo muy fuerte a la hora de trabajar.
-Y eso fue la sentencia…
-Sí, porque con el 3-1, si nos hacían un 2-0 en el Camp Nou estábamos fuera. Yo estaba seguro de que llegábamos a la final.
-La vuelta fue un trámite (2-1) para todo el mundo menos para usted…
-Sí, yo jugué ese partido con un poco de miedo. Si veía una tarjeta no jugaría la final. Hubo un momento durante la semana que Cúper me dijo: 'Si no juegas, mejor'. Y yo le dije que cómo no iba a jugar. Decidimos jugar a ver cómo iba el partido, al menos la primera parte… Y me la sacaron. Yo ya tenía 35 años y pensé '¿Cuándo vamos a volver a una final?'. Por esto, un año después aún me cabreé un poco más. Nos habíamos encontrado a Manchester United, Arsenal, Lazio, Barcelona… no fue suerte. Pero el segundo año ya todo el mundo te espera. Decían: 'estos no son malos'. Ya no engañábamos a nadie. Al año siguiente fue más difícil.
-¿Qué recuerda de Mestalla en aquel día?
Mestalla reventaba cada partido de Champions. Era una final cada día. Conforme íbamos pasando, la gente se ilusionaba más. No había entradas. El club nos pedía 15 días antes las entradas que necesitábamos. Era una ilusión tremenda para el club y la ciudad.
-Ese día certificaron el pase a la primera final de la Champions del Valencia. ¿Cuál fue el error en la final?
-No fue un error de nadie. Durante la semana hubo gente lesionada, el Kily se lesionó… Fue nuestra primera vez en el partido más importante de Europa. Y nos desplomamos un poco a nivel de cabeza. Perdimos nuestra fortaleza. Si tú miras el partido, el Madrid se parecía al Valencia de la semifinal y nosotros no hicimos nada. Yo creo que fue cuestión de cabeza.
-¿Cree que el actual Valencia necesita un Cúper?
-Cada época tiene su forma de jugar, sus futbolistas… pero siempre hay una parte que podría encajar. Jugábamos muy al contragolpe, muy italiano de los años 80. No es fácil comparar lo que pasaba hace 20 años a lo que pasa ahora. Es difícil decirlo.
-¿Cómo ve la vuelta al fútbol?
-Será una situación extraña pero creo que obligatoria. Si no volvemos a jugar vamos a perder mil millones. Hay casi 200.000 personas trabajando en el fútbol español… Y no volver a jugar sería... Creo que se acabara todo, incluida la Champions, de una forma o de otra, antes del 31 de agosto. Pero claro, de una forma diferente. Quien gane, seguramente estará feliz, pero es que no se podrá ni compartir esta felicidad. Será un título para club y jugadores, para los libros, pero no poder compartir un trofeo con tu gente, le quita todo el sabor. No obstante, hay que acabar.
-¿Si se acaba jugando cuál será la clave?
-Una de las claves será la norma de los cinco cambios. Evitar lesiones será importante. Todo será aproximado. No se puede hablar de una competición al 100%. El número de jugadores en la plantilla también será importante. Se necesitará mucho recambio.
-¿Cómo ve a Florenzi, otro romanista ilustre del Valencia?
-No ha tenido suerte con lo que ha pasado. Él quería llegar a la Eurocopa, tiene muchas ganas de estar en la selección italiana. Cuando vuelva, tiene que ser importante en el Valencia para regresar a la selección.