"Si se da la posibilidad, sería un placer quedarme en Valladolid"
Raúl Carnero respondió a las preguntas de los aficionados. Su adaptación al equipo y la ciudad han sido rápidas. Recuerda el equipo de su corazón, el Depor y habló de su gran afición, la fotografía
Con la posibilidad de ir buscando una 'nueva normalidad' que incluya el regreso del fútbol, afrontamos esta fase de la lucha contra el coronavirus. El Real Valladolid propició una nueva conversación de los aficionados con uno de sus jugadores, Raúl García Carnero, que se sometió a las preguntas desde su casa.
La primera cuestión que afrontó Raúl fue contar la razón por la que en el mercado invernal decidió jugar en el Real Valladolid en calidad de cedido por el Getafe: "No estaba contando con minutos en el Getafe, no tenía una cierta continuidad y eso me hizo valorar la opción de salir en enero. Varios equipos se pusieron en contacto conmigo, pero yo ya me había informado con jugadores que estuvieron aquí de como era el club y el vestuario; todo fueron buenas palabras y eso era lo que buscaba, unido a que conocía al técnico, ya que tuve la suerte de jugar con él en el Deportivo. Todo fue muy rápido, en dos o tres días estaba aquí con el equipo".
El rendimiento de Raúl Carnero (como le gusta que le conozcan futbolísticamente) ha hecho que muchos piensen que debería quedarse en Valladolid, pero ¿qué piensa él?: "Llegué hace poco, pero parece que llevara muchísimo más aquí y es porque estoy muy a gusto. Al final lo que un jugador quiere es eso, asentarse en un club y en una ciudad, pero lo cierto es que es un poco precipitado hablar de eso ahora, porque la temporada no acabó y estamos en una situación en la que no sabemos si podremos continuar, si acabaremos y cuando, así que está todo en el aire. Pertenezco al Getafe, pero personalmente estoy a gusto en Valladolid y si se da esa posibilidad de seguir aquí, sería un placer".
A pesar de llevar sólo tres meses de contacto con sus compañeros, Raúl Carnero ha sacado ya sus conclusiones con respecto al equipo: "Tengo muy buenas sensaciones. Ya venía con la idea de que era un buen vestuario, pero al llegar me llevé una grata sorpresa, ya que hay una gran calidad humana y un grupo con unas ganas tremendas de hacer las cosas bien, de trabajar con humildad. Me acogieron con los brazos abiertos y me lo hicieron todo muy fácil y es algo que se agradece porque a veces no es fácil llegar en el mercado de enero. Yo ya había compartido vestuario con Pedro Porro, Javi Moyano... y comparto representante con Toni o Guardiola... a Kiko lo conocía a través de un amigo común... al principio te juntas más con ellos, pero todos se portaron muy bien y tengo una gran relación con todos".
La adaptación fue tan rápida gracias a esa complicidad con el grupo, pero también a la comodidad de Valladolid: "La ciudad me encantó, era lo que buscaba, esa comodidad para mi familia; además como ya he dicho el club me acogió muy bien y eso unido a mis ganas de querer trabajar y aportar cosas hicieron que la adaptación fuera así de rápida".
Los jugadores van y vienen por distintos equipos y en muchas ocasiones han de medirse como enemigos a los equipos en los que se criaron: "El partido que mayor valor sentimental tendría para mí sería contra el Deportivo de la Coruña, porque yo nací allí y si tuviera que hablar como aficionado, es el club del que siento los colores desde niño y por eso sería el partido más especial para mí. También sería especial jugar contra el Alavés ya que estuve allí bastantes años muy bien y muy contento con su afición que me acogió muy bien".
Volviendo al tema de la ciudad, el gallego contó más cosas sobre Valladolid: "No sabría con que quedarme. Me gusta la vida que hay, que es una ciudad muy acogedora, muy fácil y cómoda para ir a pasear al centro; me gusta mucho ir a los parques con mi hijo y aquí los hay muy bonitos. Luego la gente es muy amable, vas por la calle y siempre te encuentras con sonrisas y eso son cosas que te hacen cogerle cariño a una ciudad".
Habiendo jugado 11 partidos (10 titular) Raúl Carnero ha tenido tiempo de vivir momentos especiales en el Valladolid, pero prefiere no elegir: "Me quedaría con el progreso y con la evolución desde que llegué y lograr hacer las cosas bien con el equipo. Llevaba poco tiempo y pasó lo que estamos viviendo por desgracia, así que no me quedaría con un partido o una jugada en concreto, sino con que el equipo estaba haciendo bien las cosas y yo me sentía participe de ese equipo".
Mirando a los más pequeños que empiezan a jugar al fútbol y que ven lejos llegar a lo más alto, Raúl Carnero quiso darles algunos consejos a requerimiento de un aficionado: "Yo les diría que disfruten del proceso, que disfruten de lo que viven en cada momento, conocer un montón de amigos; que absorban todo lo que puedan de sus entrenadores ya que cada uno le puede aportar algo diferente. Llegar a ser futbolista profesional o no hay muchas cosas que lo pueden determinar, así que en vez de quedarse con ese objetivo final, que se quede con todo lo aprendido en el proceso y llegues o no, son cosas que aprendes y te van a servir para un montón de facetas en la vida, no sólo para el fútbol. Y sobre todo que trabajen duro y de forma continua, día a día".
Raúl ha mostrado estos días su vena artística, tanto como pintor como fotógrafo tal y como les contamos en AS y encuentra similitudes con el fútbol: "Es similar. Lo que más controlo es la fotografía, aunque estos días me ha dado por pintar, pero es algo nuevo que aún no entiendo ni controlo, pero la fotografía la controlo un poquito más. Hay similitudes porque en el fútbol tienes que analizar la jugadas y ver las cosas con diferentes perspectivas, analizar al rival, como va a jugar, por dónde puedes hacerle daño... y en fotografía cuando encuentras un sitio que te gusta y puedes hacer una buena foto, tienes que esperar el momento, buscar la mejor luz, buscar la perspectiva, cómo quieres hacer la foto, tener esa paciencia que también en el fútbol es muy importante para madurar el partido y encontrar esa jugada que te lleve a ponerte delante en el marcador. He coincidido con otros jugadores que también les gustaba la fotografía, en el Alavés y cuando estaba allí salíamos muchas veces a hacer fotos juntos. Fueron experiencias que nos aportaron mucho y nos servían para divertirnos y evadirnos ese día libre que teníamos, nos olvidábamos un poquito del fútbol y eso viene bien para no estar 24 horas pensando en fútbol".