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GIRONA

"Ojalá podamos estar, dentro de poco, en Primera"

Juan Carlos apostó por el Girona al tener un "proyecto ganador". Quiere que se reanude la Liga aunque avisa de que "el fútbol sin público no tiene sentido".

"Ojalá podamos estar, dentro de poco, en Primera"
Girona FC

Juan Carlos tiene muy claro que el objetivo del Girona es volver a Primera cuanto antes. El portero rojiblanco, que fue el protagonista en el directo que hizo la entidad gerundense en su Instagram, y no dudó en comentar que ese fue uno de los motivos por los que firmó el pasado verano: "El proyecto, desde el primer momento, era lo más importante para mí. Quería involucrarme en algo como lo que hay aquí y cuando me llamaron lo tuve claro. Buscaba un proyecto ganador y, pese a que me ha costado alguna amistad, Girona era el mío". Juan Carlos sabe qué es jugar en Primera, debutó con el Córdoba en el Santiago Bernabéu, y tras comentar que "he sufrido y disfrutado" a los mejores delanteros, "ojalá dentro de poco pueda volver a disfrutar de ellos. Hay que pensar en grande, siendo humildes, y ojalá dentro de poco podamos estar en Primera".

Y en ese intento de alcanzar el objetivo, el portero del Girona desveló que "veo a la gente bastante animada. En los entrenamientos grupales se cuentan chistes y nos echamos mucho de menos. Ojalá se reanude la Liga". "Lo más importante es la salud, garantizarla, y después a ver si podemos volver a jugar. ¿Competir a puerta cerrada? me va a costar porque el fútbol sin público no tiene sentido. Pero hay ganas y queremos alcanzar el objetivo que nos marcamos al principio de la temporada", añadió.

Juan Carlos se considera maniático, desveló que pararle un penalti a Stuani es muy complicado y fue claro a la hora de comentar que "hay que tener un gen especial para ser portero". Le gusta mantener una rutina y ahora, confinado, "trato de ser lo más positivo posible. Esto se ha de afrontar con ánimo". Ejercitarse en casa le está siendo complicado, como al resto de jugadores de la plantilla, pero para un meta aún se complica más porque "los espacios son los que son. Hacemos un protocolo que nos marca el preparador físico y, aunque los porteros tendríamos que hacer un trabajo más específico, es difícil hacerlo en casa. Por eso lo que estamos tratando de hacer es un protocolo de mantenimiento".

Tras ello, Juan Carlos repasó su carrera deportiva. En sus inicios, como jugador de fútbol sala, era central y llegó a la portería de rebote. "Durante un partido, al portero le rompieron la nariz y el entrenador me dijo que como mi padre era portero que me pusiera y ya no salí de ahí. Ahora mi compañero, al que rompieron la nariz, es modelo y yo me quedé de portero". Como profesional empezó en el Rayo y "fue una etapa muy bonita. Es con la que me quedo y la que más me ha gustado", se arrancó. Después pasó al Hércules y "fue ilusionante porque había un proyecto muy importante montado. Jugamos el playoff, pero no se logró el ascenso". El problema fue que no disputó demasiados minutos y optó por marcharse al Córdoba. Ahí vivió su mejor momento: "El club parecía mucho, pero internamente no lo era. Aunque se hizo un grupo humano espectacular, nos agarramos del brazo, se dio con la tecla y al final subimos. Fue casi como ganar una Champions". Logró debutar en Primera contra el Real Madrid (su familia es "muy madridista") y "fue la leche. Hasta que no lo ví en la tele no me lo creí". Ya en la 2015-16 volvió al Rayo y eran una cuenta pendiente porque "tenía la espina de no haber jugado muchos partidos con el primer equipo. Aprendí mucho". Después se marchó al Elche y saboreó el lado amargo del fútbol con un descenso a Segunda B. "Las cosas no salieron como se imaginaron. En dos meses nos bloqueamos, no ganamos ninguno de los diez últimos partidos". Fue entonces cuando le fichó el Lugo y "fue un gran momento para mí. Me reencontré con el fútbol de toda la vida, los orígenes. Es la etapa que recuerdo con más cariño de mi carrera", apostilló.

Por último, dejó una anécdota: "En mi primera etapa en el Rayo, cuando se ascendió a Primera, me sobraban entradas para el último partido (era el día del ascenso) y vi a unos señores mayores fuera del estadio y les di las entradas. Eran ingleses. No volví a saber nada de ellos hasta que, estando en el Hércules, me llegó una carta de uno de ellos agradeciendo aquellas entradas y desde entonces me han venido a ver a muchos partidos allá donde he estado".