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Las Palmas

La montaña rusa de Josep Martínez en Las Palmas

Mañana se cumple un año de su debut con el primer equipo. Indiscutible tras la lesión de Raúl, su suerte cambió tras lesionarse contra el Alcorcón.

La montaña rusa de Josep Martínez en Las Palmas
Carlos Diaz-RecioDiario AS

Se congratulaban hace un año en los despachos de la Unión Deportiva por la evolución que estaba demostrando, en Segunda B y con Las Palmas Atlético, el portero valenciano Josep Martínez, al que se le adivinaba un futuro esplendoroso. No había quien lo sacara de la portería del conjunto de pibes entrenados por Juan Manuel Rodríguez. Hasta que de pronto, los astros se alinearon para mayor gloria del propio Josep.

Ocurrió que, el 14 de abril del año pasado, Raúl cayó lesionado contra el Cádiz. Cierto es que su primer relevo fue Nauzet Pérez, segundo portero del equipo ya entrenado por Pepe Mel, pero las buenas prestaciones de Josep tanto en el filial como en sus entrenamientos con el primer equipo presagiaban un pronto asalto al arco de los mayores. Además, Pérez había encajado siete goles en apenas 100 minutos de juego, tres en los diez que jugó contra el Cádiz (0-3) y cuatro la semana siguiente en Albacete (4-2). No había dudas: siete días después, Josep jugaría contra el Lugo.

No pudo tener Josep un debut más plácido, pues Las Palmas se impuso con holgura a la formación gallega, 4-1, encajando ese gol en el minuto 90, con todo más que resuelto. Quedaban seis partidos para acabar esa triste temporada, todos con Josep por detrás de la defensa, cumpliendo cada día como el que más. Sus excelentes prestaciones le convirtieron en un fijo del primer equipo de cara al curso siguiente, visto por supuesto como un suplente de lujo para el propio Raúl Fernández.

Se esperaba al portero vasco para la pretemporada, pero este no conseguía recuperarse (el alta médica se dilató hasta febrero). Josep asumió el control pese a que ya se notaba para bien la presencia del sevillano Álvaro Valles, a su vez suplente del primero en el filial amarillo. Las grandes actuaciones de Martínez lo convirtieron en capricho de importantes equipos españoles y europeos, respondiendo además de manera impecable sobre el césped. Quien más claro lo tenía era Pepe Mel, para quien era del todo indiscutible. De hecho, de los 14 primeros partidos de la presente temporada apenas se perdió uno, el de la 11ª jornada contra el Deportivo en el Estadio de Gran Canaria (3-1), y porque estaba convocado por la selección española sub21.

Pero su suerte cambió de manera abrupta el pasado 9 de noviembre. Ese día, Las Palmas y Alcorcón se enfrentaban en el EGC. Como siempre que fue posible, Josep era el portero escogido por Mel. Los locales se adelantaron muy pronto, minuto 5, por medio de Pekhart, pero Diéguez empató en el descuento tras un fallo impropio del meta valenciano. Acto seguido, camino del vestuario, las lágrimas ahogaban su rostro. Tras el descanso saltó la sorpresa: Valles salió en su lugar. Poco después se supo de una misteriosa lesión de tobillo de Josep que, sin embargo, no le impidió irse días después a una nueva concentración auspiciada por le RFEF.

Desde entonces, nada fue igual. Valles tomó su relevo para, al menos hasta antes del parón, no soltarlo. A su compañero, si acaso, le quedaron las migajas de la Copa del Rey: 0-2 en Castellón y esperpento en Badajoz (2-1). Había perdido la confianza de Mel, de momento imposible de recuperar.

Buen cartel.

Pese a su pérdida de protagonismo, producida además en enigmáticas circunstancias, el joven portero valenciano (21 años) seguía manteniendo un buen cartel incluso en el extranjero, especialmente en la Bundesliga. Así, el 22 de enero se anunció su traspaso al Leipzig, en aquel momento líder de la primera competición germana, por una cifra que rondaría los 2,5 millones de euros.

La entidad alemana accedió a la petición de Las Palmas de dejarlo cedido hasta el final de la presente temporada. El estado físico de Raúl no terminaba de ser el adecuado, y además Josep ya tenía más que firmada su ficha con el primer equipo. De momento, por el coronavirus, no sabe a ciencia cierta cuándo deberá plantarse definitivamente en Alemania. De momento, su vida en Gran Canaria es una montaña rusa.