Sin público hasta 2021
Tebas trasladó a los clubes la intención del Gobierno y pidió que se conciencien del bajón con abonos y entradas. Sin decirlo, dejó caer cosas raras en el ´Pacto de Viana'.
Javier Tebas se reunió este miércoles con los clubes de Primera y Segunda para explicarles las últimas reuniones mantenidas con el CSD y la Federación que derivaron en el famoso Pacto de Viana del pasado domingo. El presidente de LaLiga, más allá de relatarles algunos detalles que no se han hecho públicos hasta el momento de esa cita, con pinta de tregua, quiso enviar un mensaje muy contundente a los presidentes, directores generales o vicepresidentes que había presentes en esa reunión telemática: que se vayan poniendo en el peor escenario de cara a la configuración de sus próximos presupuestos. El realismo, más que el pesimismo, se debe a que la intención en estos momentos del Gobierno (el coronavirus podría hacerle variar) es que no haya espectáculos con público, y por tanto fútbol, hasta 2021, fecha para la que se espera tener la ansiada vacuna.
Tebas incidió en la importancia de este hecho. Y no sólo a efectos de calendario, reglamentación audiovisual, normas del protocolo a puerta cerrada que ya tienen en sus manos y se ampliará, como desveló AS, sino por la incidencia en cuanto a los ingresos por abonos y entradas. Los clubes estimaban desde hace un mes que, con este parón de la competición y pese al posible reinicio del fútbol a puerta cerrada, perderían por estos conceptos en total 129,5 millones (117 de ellos en Primera y 12,5 en Segunda). Los de Primera dejarían de ganar 38,8 millones por taquilla (se quedarían en 95,5 de los 134,4 previstos) y 2,6 los de Segunda (ganarían 7 de 9,6). En cuanto a los abonos, las pérdidas serían de 78,1 millones en Primera (ganarían 194 millones de 272,1 previstos) y 9,9 en Segunda (ingresarían 28 de 37,9). Esto sólo sería una parte del agujero que les espera puesto que, con la televisión incluida (500 millones en el alambre), LaLiga cree que sus pérdidas totales podrían elevarse hasta los 956 millones, si no se vuelve a jugar este curso, y 350 si se hace sin público. Por eso, los clubes ya han estado diseñando e incluso publicando estrategias para solucionar el problema con las 11 jornadas que restan de temporada. Algunos piensan devolver a los socios la parte proporcional, como la Real (20%), otros estudian rebajas en el próximo carnet, mientras que alguno más pretende que no haya desafección y se mantenga la fidelidad y, en vez de devolver ahora el dinero, permitir a sus abonados que vean gratis tantos partidos de la próxima campaña como le hayan sido privados en esta.
Este nuevo escenario les obliga cambiar el paso, ya que no van a poder vender abonos este verano, cuando acabe la temporada 2020-21, de cara a la siguiente, ni al menos vender entradas en el segundo semestre de este año. A eso hay que añadir que los beneficios por las tiendas oficiales, bares y restaurantes, visitas a museos y otros conceptos no se van a poder facturar, con el efecto que eso tendrá en la caja. Todo ello repercutirá de una manera clara. Según los expertos, habrá más clubes que solicitarán los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. Hasta ahora sólo unos cuantos han reducido la jornada laboral por causas de fuerza mayor, bien a su plantilla, a los trabajadores o a ambos: Barça, Atlético, Espanyol, Alavés, Valencia, Tenerife, Racing, Ponferradina, Albacete, Osasuna, Granada, Las Palmas… Ahora, de aquí al final de año, estos ERTE podrían prorrogarse por causas económicas o de producción, justificación a la que seguramente se aferren otros clubes que hasta ahora se habían mantenido firmes y habían solucionado la crisis con algunos recortes puntuales.
Según las fuentes consultadas, Tebas comenzó su discurso antes los clubes muy serio. Tanto que impactó. Y no sólo por estos datos: “Esto es lo que he podido salvar del Real Decreto... Y no voy a entrar en hacer valoraciones”. Después, dio detalles de cómo se produjo la reunión con Irene Irene Lozano y Luis Rubiales, llegando a reconocer que no sabía nada hasta que le llamaron la noche anterior (23:00) y le dijeron, con mucho secretismo, que tenía que coger un taxi a las 10:00 del día siguiente para ir a una cumbre importante. Sin especificar en qué consistía. Inclusó pensó que se podía deber al calendario para volver o al protocolo de salud. Tebas relató que se vio sorprendido cuando le fueron concretando el destino y que al llegar le requisaron el móvil. “Aunque no dijo la palabra concreta, queda la sensación de que allí hubo una encerrona", asegura a AS un importante presidente.