Aspas: "El fútbol de la calle me ha enseñado todo lo que sé"
El delantero del Celta desvela su formación en la infancia en las calles de Moaña. Elige como gran momento su debut en Balaídos con un doblete.
Iago Aspas pertenece a un tipo de futbolista en peligro de extinción, aquel que creció jugando en asfalto en lugar de los preparados campos de césped artificial de hoy en día. El moañés asegura que ese aprendizaje le valió para llegar a la cima: “Esa pillería que tengo, no dar nunca un balón por perdido, esa forma de estar siempre al 200%, ese fútbol intuitivo de la calle me ha servido para aprender todo lo que sé hoy en día".
La estrella celeste desvela qué significa para él todas las horas de la infancia jugando con los amigos en Moaña: " Para mí lo es todo, he vivido muchísimos años jugando en el antiguo campo y en la playa, hasta que llegaba la noche y me silbaba mi padre para ir a cenar. Poder jugar en la calle es lo que he mamado desde pequeño. Esas porterías con mochilas en el colegio cuando los mayores tenían el campo ocupado, ahí cada uno se jugaba la vida en cada pelota. ".
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A pesar de haberse criado en una familia de futbolistas, Aspas reconoce que le provocaron más de un disgusto a su madre: " Le rompí la ventana a mi madre o un jarrón por jugar en el pasillo de casa con una pelota hecha de papel y celo con mis hermanos".
Aquel niño travieso se ha convertido ahora en leyenda, aunque todavía no se ha disputado el partido que supere su primer recuerdo en Balaídos, cuando debutó salvando al Celta del descenso a Segunda B con un doblete: "Con el paso de los años he ido mejorando, entendiendo de qué va esto hoy en día en la élite y poder salir a hombros en mi debut en Balaídos me quedará grabado en la retina para siempre".