Otra de espías: la FEF censura a Paco Díez por desconfianza
El presidente de la Madrileña denunció a la Federación Española de Fútbol, que ya es investigada por ese tema y además se le acusa de grabar reuniones.
Los movimientos en mitad del confinamiento en las instituciones dan para una serie policíaca de Netflix. Las disputas entre la Federación, LaLiga y AFE por el Caso Audios, que han desembocado en dos denuncias a la RFEF, no han sido las únicas. También hay acusaciones en otra dirección. El protagonista es el presidente de la Madrileña, Paco Díez. Él fue quien puso una denuncia contra Rubiales y Camps (su secretario general), ahora investigados por supuestamente falsificar documentación oficial de cara a las elecciones. Por eso y por la sospecha de que ha grabado las últimas reuniones por videoconferencia para entregárselas a terceros, Díez ha sido vetado por la RFEF para participar en la Comisión de Presidentes. "Ha roto el círculo de confianza", aseguran fuentes federativas.
Toda esta batalla viene de lejos. Según el entorno de Paco Díez, desde que se postuló para ayudar al candidato Larrea, delfín de Tebas. Algo que no tiene peso ya que otros, como Antonio Escribano (Castilla-La Mancha), que también le apoyaron, no han tenido problemas. Después, Díez fue vigilado y avisado por la RFEF el año pasado por algunas presuntas prácticas irregulares con las cuentas de su organización, al mismo tiempo que el presidente de la Territorial iba tejiendo mejores relaciones con la cada vez más dura oposición contra Rubiales y a la vez que un frente liderado por Jesús Peramos (ex de AFE en tiempos de Luis al mando) promovió una moción de censura contra él. La llegada de Casillas a la escena electoral no ayudó a templar los ánimos, ya que Paco Díez se ha puesto de su lado públicamente, en la misma línea que LaLiga, que un buen sector de los futbolistas e incluso que Galán, su rival antaño y ahora socio. Pero fue a finales de marzo, en una reunión de presidentes territoriales, vía telemática, cuando todo saltó por los aires.
Ese día, la RFEF informó a todos que había una denuncia en marcha contra la institución. Entonces, el presidente de la Cántabra, Peláez, cargó contra la persona que hubiera hecho eso ("es una vergüenza"), sin citar ningún nombre, al considerar que es un momento en el que urge la unidad y, sobre todo, no faltar a la verdad. Luego se supo que la persona a la que se refería Rubiales era Paco Díez.
Así, en la siguiente reunión, el 3 de abril, los dirigentes de la RFEF aseguraron que tenían conocimiento de que instituciones ajenas a la suya conocían detalles, con pelos y señales, de la última reunión. Alguien había distribuido una grabación. Todos miraron y sospecharon de Díez, así que los presidentes, uno por uno, le solicitaron que pidiera perdón y que abandonara. No lo hizo: "No he grabado. Como no haya sido mi perro…", dijo.
Ante esta situación, la RFEF suspendió la Comisión de Presidentes, asegurando que no volvería a convocarla con Díez. Dicho y hecho: no se ha vuelto a celebrar. La próxima semana hay intención de probar de nuevo. Veremos si Díez, que ha enviado una carta a los presidentes reforzando su postura, está o no. Con Rubiales ya ni lo intenta porque no le recibe desde hace tiempo. "Lo que se ha demostrado es que ellos sí graban", reflexiona. Al menos una hora antes de esa cumbre, la RFEF debe enviarle una clave para que pueda conectarse a la misma. Estaremos pendientes de Netflix.