El cartel irrealizable
Hace un mes se tendría que haber disputado un Espanyol-Alavés cuyo anuncio representaba casi todo lo que hoy está prohibido y que lamentablemente no acabará sucediendo.
Ni hubo partido, ni se le espera por el momento, por bien que los planes de LaLiga circulan en la dirección de reanudar la competición (y mucho antes, los entrenamientos) cuando el Gobierno lo autorice. Hace justo un mes, el pasado 15 de marzo, se tendría que haber disputado un encuentro en el Espanyol y el Alavés en el RCDE Stadium que coincidió no solo con la semana en que se conocían positivos en COVID-19 dentro del club babazorro sino con el día exacto en que arrancó este estado de alarma, y su consiguiente confinamiento, que no cesa.
Lo que llama poderosamente la atención de ese partido es el cartel que lo anunciaba, y que llegó a publicarse en los medios de comunicación, entre ellos AS. Representa por pura casualidad todo lo que cualquier aficionado añora y no hay visos de recuperar. Aparece Raúl de Tomás, cuya racha goleadora tendrá que seguir esperando, estrechando la mano con un aficionado del Espanyol, bufanda en ristre, un gesto prohibidísimo ahora que se requiere una distancia de seguridad mínima para evitar contagios.
Naturalmente, tanto esa metáfora de unión entre equipo y afición como el epígrafe que anima a compra una entrada representaban un llamamiento a llenar el estadio perico, una imagen que nunca se dio ese mediodía (el enfrentamiento estaba programado para las 12:00 horas) y que tardará mucho tiempo en repetirse. De hecho, ni los más expertos en la materia saben cuánto. En definitiva, y por desgracia, la escena constituye un cartel irrealizable.