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REAL MADRID

Camavinga, el más precoz de la generación de 2002

El centrocampista es el primer jugador de dicho año en debutar en las cinco grandes Ligas europeas y es el jugador más joven en vestir la camiseta del Rennes.

MadridActualizado a
Eduardo Camavinga, centrocampista del Rennes, en el encuentro que disputó en agosto ante el Montpellier.
Tim Clayton - CorbisCorbis via Getty Images

La vida de Eduardo Camavinga (10-11-2002, Miconje, Angola) dio un giro de 180 grados el 6 de abril de 2019. Ese día, el joven centrocampista del Rennes debutó en la Ligue1. Fueron apenas un par de minutos en el encuentro que su equipo disputaba ante el Angers. El resultado (3-3) fue lo de menos: la irrupción del joven jugador conllevaba superar varios registros históricos. Para empezar, se convertía en el primer jugador nacido en 2002 en debutar en cualquier equipo de las cinco grandes Ligas europeas (España, Inglaterra, Italia, Alemania y Francia, el orden de los factores no altera el producto). También se convirtió en el jugador más joven en lucir los colores del Rennes, superando a Frédéric Guimard, que lo hizo con 16 años, 11 meses y 17 días. Eduardo lo hizo con 16 años, cuatro meses y 27 días. Su salto a la fama ya se había producido. Y todo debido a su madre. 

De niño (es el tercero de seis hermanos), a Camavinga no le gustaba el fútbol. Le apasionaba el judo. Fue su madre la que le convenció para que apostara por el fútbol. ¿El motivo? Las continuas roturas de elementos decorativos de su casa. La familia Camavinga había cambiado Angola por Francia en busca de un futuro mejor. Primero se asentaron en Lille, para luego mudarse a Fougeres, una ciudad a unos 50 kilómetros al noreste de Rennes, en el oeste del país francés. Allí empezó a jugar al fútbol. Siendo un niño llegó a su primer equipo, el Drapeau-Fougeres. Allí coincidiría con Nicolas Martinais, su primer mentor. En una de las múltiples entrevistas que le hicieron tras el debut de Camavinga, Martinais fue rotundo: "Explicaba un ejercicio y lo entendía a la primera, mientras tenía que explicárselo a sus compañeros dos o tres veces. Tuvimos que ponerle ejercicios más complicados, porque superaba todos".

Pero no todo iba a ser rodado. Con 11 años de edad, un incendio devoró su casa. En ese fuego se perdió toda la documentación de la familia, por lo que tuvo que empezar de nuevo los trámites administrativos. Eso retrasó que la selección francesa pudiese contar antes con sus servicios. Martinais recordaba que solicitó ayuda a los vecinos: muebles, ropa, etc. Cuando estaba haciendo el porte a la nueva casa de los Camavinga, recibió una llamada de Julien Stephan, su actual entrenador y por entonces responsable del equipo Sub-19 del Rennes. Quería saber si podía contar con Eduardo para un torneo. Debido a su actuación se llevó un contrato como premio por su buen desarrollo. Tras debutar en abril de 2019, su brillante actuación en el triunfo ante el PSG (2-1) el pasado agosto hizo que los focos se centrasen en él: 40 pases correctos (de 41, con 100% de efectividad en campo propio) y una asistencia. Desde entonces no para de crecer: se cumplen cinco meses de su debut con Les Bleuets (las categorías inferiores de Francia con una victoria por 3-2 ante Georgia), y según varias fuentes, ha crecido en altura unos ocho centímetros desde su debut: del 1,74 metros del año pasado a ahora, que mide 1,82 (le provoca dolores en la espalda), y con visos de que puede seguir estirando. En el Rennes o en el Real Madrid...