Las Palmas
El año para olvidar de Raúl Fernández
Mañana se cumplen 365 días desde que se lesionara contra el Cádiz en el EGC. Los primeros diagnósticos apuntaban a los tres meses de recuperación.
Cuando llegó a la isla en verano de 2018, Raúl Fernández cayó de pie. Fichaje de relumbrón dentro de la categoría, y pese a la llegada de otro portero como Nauzet Pérez, fue indiscutible siempre, lo mismo da que fuera con Manolo Jiménez primero que con Paco Herrera o Pepe Mel después. Pero su suerte cambió hace un año, el 14 de abril de 2019, cuando el Cádiz visitó el Estadio de Gran Canaria (0-3).
Era Raúl de lo poco salvable de la UD en una temporada para el olvido, en saco roto demasiado pronto cualquier posibilidad de ascenso. Hasta que cayó abatido contra la formación andaluza, había jugado 32 de los 34 partidos ligueros. Pero aquella noche llegó un fundido a negro que todavía perdura. Ocurre que, a falta de diez minutos y el 0-0 sobrevolando el coliseo grancanario, una entrada a destiempo de Jovanovic (imagen superior), que más tarde se disculpó, obligó a pedir el cambio al espigado portero bilbaíno, retirado en camilla con más que evidentes signos de dolor. Se quejaba, a partes iguales, de pierna izquierda y mano derecha. El jugador balcánico salió indemne, apenas una tarjeta amarilla.
En tiempo de especulaciones, se daba por hecho que Raúl se perdería lo que quedaba de temporada, únicamente ocho partidos por delante. Así lo demostró la cronología de su caída en desgracia. Pronto se supo que se había fracturado la rótula izquierda y el quinto metacarpiano de la mano derecha. El 17 de marzo de 2019 fue operado de la pierna, y tres días más tarde de la extremidad superior.
Los plazos de recuperación que le dieron los médicos de la UD, según lo anunciado por el propio club, le daban alrededor de tres meses de baja, por lo que se contaba con él a pleno rendimiento al alba de julio, cuando la primera plantilla de Las Palmas estaba citada para inaugurar la Ciudad Deportiva del club e iniciar así los entrenamientos de pretemporada. Pero todo eran incógnitas, pues desde el primer día se le vio entrenándose en solitario, tanto sobre el nuevo y criticado césped de entrenamiento como en el gimnasio y los espacios médicos y de fisioterapia de las nuevas instalaciones de Barranco Seco.
Alta médica.
Al menos de manera oficial, Las Palmas no anunció el alta médica de Raúl hasta el pasado 17 de febrero, 10 meses después de ser operado por primera vez, pero en ningún caso estaba disponible para jugar. “No tiene la chispa necesaria para competir. Da gusto verle entrenar, así que le esperamos pronto”, sostenía Pepe Mel, con la portería bien cubierta antes las buenas prestaciones ofrecidas por Josep Martínez y Álvaro Valles. Se ejercitaba con normalidad, pero cada vez cobraba más peso la opción de pasarse la temporada en blanco.
Sin embargo, el estado de alarma decretado por el Gobierno de España el pasado 14 de marzo, y que todavía perdura, supone la enésima oportunidad para el resurgimiento de Raúl Fernández. Ya se encuentra, dice al 100%. “Cuando volvamos podré competir de tú a tú; antes era imposible”, aseguró el pasado 9 de abril durante una entrevista en AS. De momento, continúa machacándose en su casa. En su caso, da igual el momento en el que se pueda volver a entrenar. Por fin será uno más. Un año después.