El Slovan Bratislava noquea al Barça en la final de la Recopa
Un serial que repasa a las grandes sorpresas de la historia del fútbol, desde el Nottingham dos veces campeón de Europa al Leicester que conquistó la Premier en 2016.
Los años 60 marcaron una revolución en el fútbol europeo. Se consolidaron las grandes competiciones internacionales y clubes como el Celtic de Stein, el United de Charlton y Best, el Benfica de Eusebio, el Inter de Helenio Herrera o el Madrid yé-yé marcaban el ritmo hacia la modernidad del fútbol. Los partidos de la selección FIFA y la fama de los Balones de Oro hacían que las estrellas de la época tuvieran una dimensión prácticamente desconocida hasta entonces. Sin embargo, todavía quedaba la esencia del viejo fútbol de mediados de siglo y esa Europa renovada en la que brillaban los equipos británicos, italianos y españoles tenía su némesis en los equipos del Este: fuertes, rápidos, acostumbrados al frío, temibles.
El Barcelona terminó la década como la inició: perdiendo una final europea. En 1961 se topó con el Benfica en la primera Copa de Europa que no fue a parar a las vitrinas del Madrid. Los portugueses tenían a Eusebio en el césped y a Bela Guttman en el banquillo, dos auténticas leyendas del fútbol, y el resultado fue de 3-2 para los lisboetas. Nadie se sorprendió por aquello. Lo que sí fue inesperado fue que el conjunto culé cayera unos años más tarde, en 1969, en la final de la Recopa ante el Slovan Bratislava (3-2). Un año antes el Barça había ganado la final de Copa al Real Madrid campeón de liga, y poco antes, en 1966, levantó la Copa de Ferias. Sin duda, el Barça era uno de los grandes equipos de la época, aunque llevara años sin conquistar la liga española.
En aquella plantilla del Barcelona destacaban jugadores históricos como Sadurní, Eladio, Fusté, Zaldua, Mendoça y Chus Pereda, entre otros, y por encima de ellos brillaba la figura de un jovencísimo Carles Rexach. Por el camino, los azulgranas habían tumbado al Lyn Oslo y al Colonia y se presentaron en Basilea, donde se disputó la final, como claros favoritos. Allí les esperaba un desconocido equipo checoslovaco, el Slovan Bratislava, que atrás había dejado a Oporto, Torino y al Dumferline escocés.
Para sorpresas de todos, el Slovan fue muy superior en la final. No hubo remontada agónica ni necesitó de milagros ni heroicidades de ningún tipo para vencer a un equipo que, en teoría, era superior sobre el papel. La primera parte terminó con 3-1 para los checoslovacos con goles Cvetler, Hrivnak y Capkovic para el conjunto de Bratislava y un tanto de Zaldua para el Barça. Rexach maquilló el resultado en la segunda parte pero la Recopa terminó en el museo del Slovan, que es el único club de la antigua Checoslovaquia (República Checa y Eslovaquia) que posee un título internacional.
Años más tarde, siete miembros de aquel Slovan continuaron haciendo historia para el fútbol checoslovaco con la consecución de la Eurocopa en 1976, historia que contaremos en otro capítulo de este serial, pero nunca consiguieron volver a llevar al Slovan tan lejos, ni siquiera cerca. La decadencia del fútbol del este ha devastado a un club que 41 años después aspira como máximo a clasificarse para la fase de grupos de la Champions después de pasar varias rondas previas.