Oshoala, la ‘reina’ africana que plantó cara a su familia para jugar

Asisat Oshoala está siendo una de las jugadoras más destacadas de esta temporada, en la que se mantiene como segunda máxima goleadora de Primera (20 tantos). La jugadora del Barça es una delantera de manual, rápida, fuerte y mucho con gol, unas características con las que no deja de demostrar el por qué ha ganado este año su cuarto Balón de Oro Africano, una cifra que sólo han conseguido Etoo, Yaya Touré y Nkwocha.

Pero, más allá de su éxito deportivo, Oshoala destaca por ser todo un símbolo para las niñas y jóvenes africanas que sueñan con ser futbolista. Nacida en 1994 en Ikorudu (Nigeria), Oshoala siempre quiso jugar al fútbol, a pesar de que sus padres no apoyaban su afición por este deporte. Para convencerlos, la atacante nigeriana tuvo que llegar a un pacto: si no conseguía un contrato profesional en dos años, tendría que casarse y tener hijos. Ahí comenzó su carrera.

La atacante azulgrana fue curtiéndose en varios clubes de su país, con el que llegó a disputar el Mundial de 2015, y puso rumbo a las mejores ligas del mundo. Su vida caminó entonces entre un balón y una maleta, batiendo porterías en tres continentes distintos. Probó suerte en la Premier (Liverpool y Arsenal) y en la Superliga china (Dalian).

Y, el pasado año, aterrizó en el Barça, donde se alza como una de las estrellas del equipo. De aquel pacto familiar poco queda. Oshoala, imagen de Nike, ha logrado vivir del fútbol y demostrar que cualquier africana puede hacerlo. Por ello, tiene una fundación en su país con la que intenta concienciar a los padres de que dejen a sus hijas jugar. Una referente dentro y fuera del campo.