Silva se queda sin homenaje
Acaba contrato y tras diez años en el Manchester City, tiene planeado irse, pero no podrán hacerle el partido de despedida al que consideran el mejor jugador de a historia del club.
David Silva termina contrato con el Manchester City esta temporada y el club tenía pensado rendirle homenaje el próximo 17 de mayo ante el Norwich City, pero el encuentro no podrá disputarse por el coronavirus y en caso de reanudarse la Premier League a tiempo, lo más probable es que el encuentro se disputase a puerta cerrada.
El canario, que tendría ofertas para regresar a la UD Las Palmas o incluso para jugar en el Inter de Miami de David Beckham, lleva diez años en el equipo y en Inglaterra muchos le consideran como el mejor futbolista que ha tenido el club (le comparan con Colin Bell), ya que el City no ha tenido a muchos cracks que hayan permanecido allí tanto tiempo y hayan logrado tantas cosas a la vez.
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Y a pesar de que la afición ruega encarecidamente que el español renueve por una temporada más con el equipo que dirige Pep Guardiola para poder despedirle como se merece, Mirror asegura que el jugador no ha tenido ningún tipo de contacto con la directiva para prolongar su estancia en Inglaterra.
Silva ya estaba en la plantilla la primera vez que consiguieron clasificarse para la Champions League, y mientras ganaba dos Eurocopas y un Mundial con España, ha levantado 14 títulos con el City, entre las que hay cuatro trofeos de la Premier League. Durante su estancia en Reino Unido, ha disputado 424 encuentros, ha anotado 74 goles, ha repartido 137 asistencias y ha ofrecido un comportamiento ejemplar, ya que en diez años en el club no ha visto ninguna tarjeta roja. Unos números dignos de un ídolo para el Etihad Stadium.
En cualquier caso, se da por seguro que se buscarán otras formas de hacerle el homenaje que tenían planeado, igual que se lo hicieron a Joe Hart, Pablo Zabaleta, Yaya Touré o Vincent Kompany. Con la despedida del belga, que ya avisó que la próxima vez sería el turno del canario, el estadio acogió a 52.000 espectadores y las ganancias fueron destinadas a las personas sin hogar de Manchester.