De Burgos: "Mateu Lahoz es un referente nacional y europeo"
El árbitro internacional, de 34 años, atienda a AS mientras cumple cuarentena atento a cualquier síntoma al haber sido el último en pitar al Espanyol, club con varios positivos.
Ricardo De Burgos Bengoetxea, árbitro internacional, atiende a AS desde su casa, donde pasa la cuarentena con especial cuidado, ya que fue el último árbitro en pitar al Espanyol, con varios positivos en su plantilla.
¿Cómo está viviendo este estado de alarma?
Es una situación incómoda, excepcional y nos tenemos que adaptar. Hay que cumplir las obligaciones y respetar las prohibiciones para volver lo antes posible a la vida normal. En mis 34 años de vida nunca había vivido esta situación. Ahora lo importante es la salud de las personas y los que se están jugando su vida para acabar con esta situación. Son auténticos héroes.
Fue el último en pitar al Espanyol y a la semana salieron varios positivos por coronavirus.
Espero que se recuperen pronto y no haya ninguna consecuencia grave. Los del cuarteto arbitral que estuvimos allí no hemos tenido síntomas. Estoy en casa con mi familia, con mi hijo y mi mujer, que está a punto de dar a luz. Estamos teniendo mucho cuidado por ella.
Pese al parón y las precauciones, se siguen entrenando individualmente. Y el Comité Arbitral está atento a su forma.
Nos mandan protocolos a seguir y a quién informar de tener síntomas. Están preocupados por nuestro estado físico al haber restricciones a la hora de entrenar. Por suerte, tengo una máquina para hacer fuerza y una bicicleta de spinning para no perder la forma física con cardio.
¿Les controlan el peso?
Tenemos que informar cómo hemos dormido, cuánto pesamos, qué pulsaciones tenemos al levantarnos... Son preguntas para sacar conclusiones a nivel médico y mejorar.
¿Y a nivel teórico?
Tenemos una plataforma online y seguimos con charlas para mejorar en nuestras actuaciones en el campo y en el VOR. Sirve para analizar las jugadas que suceden cada jornada y situaciones excepcionales. Las vemos, analizamos y discutimos. Nos ponen exámenes de las reglas de juego y análisis de vídeo.
¿Va a estar en condiciones de poder arbitrar tras tanto tiempo parados?
Tenemos que estar preparados por si hay que pitar casi cada 72 horas y evitar lesionarse. Tanto los árbitros como los jugadores. Todos somos deportistas y la exigencia física es altísima. Ninguno vamos a tener la misma forma física cuando volvamos. Es como cuando estás lesionado y vuelves al campo, puedes estar bien pero no tienes ese tono de competición.
Seguramente se reanude la Liga a puerta cerrada.
Como a todo el mundo del fútbol, creo que cuantos más espectadores haya, mucho mejor. Se vive de otra manera.
¿En qué se puede mejorar el arbitraje?
No es que me considere futbolista, pero pienso como ellos. Humanizaría la figura del árbitro con el jugador. Ser más cercano sin perder, por supuesto, la autoridad. Hay momentos que cada uno sabe dónde tiene que estar. No podemos permitir faltas de respeto. Pero, a veces, hay que empatizar con ciertas situaciones. Es un aspecto muy importante también de cara a la lectura del juego.
Mateu destaca un poco por eso, es de los que más habla con los jugadores.
Mateu es un árbitro excelente. Está a un nivel extraordinario y es un referente a nivel nacional y europeo. Tenemos grandes árbitros, como Del Cerro y Gil Manzano. Son árbitros de élite. Cada uno con su personalidad. Todos tenemos cosas buenas para aportar a otros y también defectos.
La nueva regla de las manos es polémica. Habrá quien dispare a ellas para lograr penalti.
Habrá que estar preparados si eso ocurre para ver si es una acción voluntaria y si cumple con los requisitos para ser pitada. No nos queda otra. Lo ha dicho mi presidente, es una materia compleja y con tantas interpretaciones que va a ser muy complicado poner a todo el mundo de acuerdo.
Su padre fue árbitro.
Para ser realistas, no le hizo mucha gracia que yo siguiera su camino. Fue a mi debut, un Levante-Celta, y se tuvo que marchar al descanso de los nervios. No me ve por la tele y tras cada partido le llamo para decirle que todo ha salido bien. Es muy nervioso.