Thiago Lobo, el secreto de la preparación de Vinicius Junior
El exfisioterapeuta del Santos acompaña al joven madridista desde hace un año y es el 'culpable' de que luzca un físico privilegiado a estas alturas de la campaña.
Hace unos días Vinicius subía unas imágenes de sus habituales entrenamientos en el gimnasio de su casa en las cercanías de Madrid. En ellas, y pese al parón por la inactividad debido a la pandemia del coronavirus, al jugador brasileño se le ve musculado y fino. El culpable de ese estado físico es su fisioterapeuta Thiago Lobo, uno de los más reputados del fútbol brasileño.
Lobo ingresó en las filas del Santos en el año 2002. Allí, en el conjunto de Vila Belmiro, permanecería hasta 2016, cuando decidió emprender su primera aventura europea: acompañó a Gabriel Barbosa, Gabigol, cuando el delantero brasileño fichó por el Inter de Milán. “No es por el dinero, también es por la oportunidad de trabajar, también lo es por la salud del jugador y por lo que puede suponer en el futuro”. Una de sus máximas es trabajar siempre con el club, y estar de acuerdo con el cuerpo técnico para no cargar de trabajo al jugador. Lobo consensúa el trabajo específico que se le ha mandado a Vinicius, y explota la labor de su joven pupilo siempre en concordancia con la labor que desarrolla en las instalaciones de Valdebebas.
Casado (su mujer se llama Ariadne) y con dos hijas (Duda y Malú), vive cerca de la casa de Vinicius,. Lo hizo solo hasta que su familia se trasladó a Madrid, ciudad a la que llegó hace ahora un año. Su llegada estaba aprobada antes de que el brasileño sufriera una rotura de ligamentos de la articulación tibioperonea de la pierna derecha en el encuentro de Champions ante el Ajax (1-4), a comienzos del mes de marzo de 2019. Tanto Vinicius como sus agentes pensaron en alguien que pudiera ayudarle a desarrollar un físico acorde al fútbol europeo. Y el nombre elegido fue el de Lobo. Su buen nombre en el fútbol brasileño, el haber vivido también en Europa y tener conocimiento del trabajo físico, aeróbico y anaeróbico que se desarroolla en el continente europeo le convertían en un candidato idóneo. Y éste aceptó.
Su primera labor fue la se seguir la recuperación de Vinicius tras su lesión. Poco a poco, le ha ido puliendo hasta que el brasileño ha ido ganando potencia y musculatura sin perder un ápice de si velocidad, una de sus grandes bazas. Ahora que no hay fútbol, Vinicius sigue afilándose. Gracias a Thiago Lobo, su gran secreto.