Los ERTE en 2ªB: ¿el remedio es peor que la enfermedad?
Los clubes se debaten entre el deseo y la ilegalidad. Se iba a negociar el Convenio de1989 (habla de pesetas y mili), pero el virus lo frenó.
Los focos se centran en Primera y Segunda ante la incertidumbre de saber los efectos que tendrá la crisis. Pero a partir de un escalón inferior, en Segunda B, Tercera y el fútbol femenino, es donde se están viendo las consecuencias. A estas horas son más de una docena de equipos de 2ªB y 262 jugadores y jugadoras afectadas por los ERTE. Según las estimaciones sindicales, “hasta el 35% de los jugadores y jugadoras se quedarán tirados”. El problema es que no sólo los futbolistas serán paganos. Para algunos clubes será peor el remedio que la enfermedad. En Tercera, donde los contratos escasean, ya ni hablamos.
La razón es sencilla. En Segunda B, donde se centrarán los recortes, siguen sin renovarse el convenio colectivo de 1989, ése en el que aún se redactan las cifras en pesetas y se habla de la mili. Desde la denuncia de Futbolistas ON de esta situación en noviembre de 2019 se estaban dando los pasos, no sin problemas, para iniciar la negociación. Pero esta pandemia hizo que patronal y sindicatos no se sentaran. Por eso el personal anda desamparado y llegan las dudas.
Por un lado, las de los clubes. Temen cometer un fraude de ley. El 70% de una baja temporal en un ERTE lo paga la Seguridad Social, pero el otro 30% podria correr de su parte, con consenso, mediante algún tipo de indemnización (no está obligado a ello). El problema es que para poder ejecutarlo su plantilla debe estar dada de alta. Y eso escasea. Por otro lado, están los futbolistas. La mayoría cobra una parte de su salario en A y otra en B, por lo que los ajustes se aplicarían a su base y verían muy mermados sus ingresos, teniendo acceso a un paro mínimo por tan baja cotización y sin poder justificar el resto. Solución: clubes y jugadores tendrán que negociar.